En una audiencia a la organización italiana “Médicos con África CUAMM” (Colegio Universitario de Aspirantes y Médicos Misioneros), el Papa Francisco recordó que la salud es un “derecho humano fundamental para todos” y advirtió de que “no es un bien de consumo, sino un derecho universal, por lo que el acceso a los servicios sanitarios no puede ser un privilegio”.
El Pontífice comenzó su discursó en el Aula Pablo VI del Vaticano agradeciendo su labor y escuchando algunos testimonios. En total participaron unas 9.000 personas entre médicos, personal sanitario y voluntarios.
Francisco lamentó que “la salud, sobre todo la de base, se niega de hecho en diversas partes del mundo y en muchas regiones africanas”, y recordó que la Iglesia es una madre, un hospital de campaña que va a las “periferias geográficas, en las que el Señor los manda a ser buenos samaritanos”, dijo el Papa.
«¡Ésta es su ‘puerta santa’! Ustedes trabajan entre los más vulnerables de la población: las mamás, para asegurarles un parto seguro y digno. Y los niños, en especial los recién nacidos”, dijo a los presentes.
“¡Los aliento a permanecer en medio de esta humanidad herida y que sufre! ¡Es Jesús! Su obra de misericordia es el cuidado del enfermo, según la invitación evangélica: ‘Curen a los enfermos’. ¡Que ustedes puedan ser expresión de la Iglesia madre, que se inclina ante los más débiles y los cuida!”, pidió.
A su vez, el Papa los invitó a ser “médicos ‘con’ África y no ‘por’ África. Es decir, a implicar a los africanos en su crecimiento” ya que “¡los pueblos son los primeros artífices de su desarrollo, sus primeros responsables!”.
“Con gratuidad desinteresada, sin proselitismos. Colaborando con las Iglesias y gobiernos locales, ayudando a las comunidades lugareñas a crecer y dejándolas cuando pueden proseguir solas, en su perspectiva de desarrollo y sostenibilidad”, pidió a los médicos.