Una niña de 13 años fue violada por su padre en la aldea Jawalwadi, en el Estado indio de Maharashtra, y castigada posteriormente a recibir cinco latigazos tras un consejo tribal que consideró indecente su comportamiento. Los mayores de la comunidad justificaron la acción del padre en que estaba borracho y destacaron el agravante por parte de la menor de haber mentido por no haber confesado la agresión desde el primer momento.
(El Mundo) La adolescente fue atada con cuerdas y azotada con la rama de un árbol en una escena grabada en un vídeo al que ha tenido acceso The Washington Post. El padre, el campesino Sachin Tukaram Bhise, ha admitido los abusos y ha sido posteriormenteacusado por la policía de agresión sexual.
La víctima de la violación de Jawalwadi se encontraba dormida el pasado mes de enero cuando su padre regresó a casa borracho de una boda y la violó mientras su otra hija dormía en la misma habitación. Entrevistada por el Washington Post, en una comunidad donde incluso su familia cree que hizo algo malo, la niña ha asegurado merecer los latigazos. «Mi error fue no decírselo a nadie en casa. Dije simplemente que mi padre me había cogido de la mano», ha dicho la menor.
Los organizadores del castigo han sido denunciados por la policía desde que lo ordenaron el pasado mes de marzo, aunque están en libertad y siguen justificando su acción. «Si algo así hubiera pasado a mi hija, la habríamos casado con el violador», decía Dilip Jadhav, uno de los miembros del consejo que ordenó azotar a la niña, recordando una de las formas en las que se resuelven las violaciones en la India rural. «No se [denuncia] a la policía. Si se lleva a las niñas a la comisaría, todo el mundo descubre qué ha pasado y se convierten en un problema mayor. Es mejor casarlas».
A pesar de haber sido declarado ilegales por el Tribunal Supremo, los consejos locales que dictaminan las normas morales, aplican castigos y resuelven disputas entre vecinos siguen operando en gran parte de La India rural. El trato que reciben las mujeres en el país ha sido duramente criticado desde que en 2012 la joven Nirbhaya fuera asesinada tras una violación múltiple en un autobús público de la capital, Delhi. La agresión expuso una cultura de impunidad en la que las mujeres que denuncian son ignoradas y los culpables rara vez responden ante la ley.
Desde el escándalo internacional que supuso la violación y asesinato de Nirbhaya, Amnistía Internacional denuncia que las autoridades no han aprobado leyes que ayuden a proteger a las mujeres. La mayoría de las violaciones siguen sin ser denunciadas porque las víctimas no creen que vayan a ser tomadas en serio. Las estadísticas indican que una mujer es violada en el país cada 15 minutos.