El comandante estadounidense de alto rango para Medio Oriente realizó una visita secreta a Siria para ver personalmente los esfuerzos para crear alianzas cohesivas con combatientes locales árabes, curdos y otros para derrotar al grupo Estado Islámico.
El general del Ejército estadounidense Joseph Votel, que dirige el Comando Central de Estados Unidos, se convirtió en el oficial militar estadounidense de mayor rango que se sabe ha ingresado a Siria desde que Estados Unidos inició su campaña para contrarrestar al grupo EI en 2014.
Votel viajó al norte de Siria el sábado y pasó cerca de 11 horas en el país. Se reunió con asesores militares estadounidenses que trabajan con combatientes sirios árabes, y deliberó con líderes de las Fuerzas Democráticas Sirias —grupo multitudinario de combatientes curdos y árabes respaldado por Estados Unidos.
Un pequeño grupo de reporteros acompañó a Votel en un vuelo desde Irak bajo reglamentos que, por razones de seguridad, prohíben revelar su visita antes de que haya partido de Siria.
Votel aterrizó en una base rodeada por campos de trigo que sirve como campamento estadounidense para asesores militares de Estados Unidos que entrenan a tropas sirias árabes en habilidades básicas como soldado. Separándose de los reporteros que volaron con él, Votel visitó después varios sitios no revelados en Siria para luego regresar al campamento.
Asistentes dijeron que el vuelo de Votel a Siria fue el primero realizado durante luz del día por fuerzas estadounidenses, las cuales tienen alrededor de 200 asesores en tierra, pero no unidades de combate.
En una entrevista cuando estaba anocheciendo y se preparaba para salir de Siria, Votel dijo que su visita había reforzado su creencia de que Estados Unidos está tomando el enfoque correcto para desarrollar fuerzas locales que combatan al grupo Estado Islámico.
"Parto con incrementada confianza en sus capacidades y nuestra habilidad para apoyarlos", dijo. "Pienso que ese modelo está funcionando y funcionando bien".
Estados Unidos se ha esforzado para encontrar una fuerza terrestre efectiva que se enfrente al grupo EI en Siria, donde Obama ha descartado que combatan tropas de su país. Esto presenta un problema diferente que en Irak, donde Estados Unidos tiene al menos un gobierno con el cual asociarse.
El problema en Siria es complicado dada la naturaleza fracturada de la oposición al gobierno del presidente Bashar al-Assad. Estados Unidos trata de desarrollar combatientes árabes dignos de crédito para retomar Raqqa, la autoproclamada capital del grupo Estado Islámico, mientras que curdos sirios han recuperado territorio antes ocupado por el grupo extremista en otras partes del norte de Siria.
Estados Unidos está apoyando a las que llama Fuerzas Democráticas Sirias, las cuales están conformadas predominantemente por sirios curdos, al menos 25.000 combatientes, y grupos más pequeños de sirios árabes, que suman entre 5.000 y 6.000. Estados Unidos busca incrementar la cifra de árabes.