Un padre dominicano de 61 años de edad y su hijo de 23, fueron asesinados por cuatro sujetos afroamericanos, cuando ambos, que eran comerciantes y propietarios de un supermercado, llegaban a su casa, siendo emboscados por los matones. La policía de Hardfort identificó a las víctimas como Esmeraldo Pérez Mendoza Emérito) y Ramón Pérez, quienes fueron encontrados baleados en el interior de una jeepeta Toyota Higlander color negro y modelo 2010 y en la que se estrellaron contra un árbol después de ser gravemente heridos.
lunes, 1 de octubre de 2012
Asesinan a balazos en Connecticut padre e hijo dominicanos; arrestan un sospechoso
4:25 p. m.
nacionales
Los investigadores arrestaron el viernes uno de los sospechosos de los cuatro sospechosos y que fueron descritos a la policía por vecinos que escucharon los disparos.
El hijo fue impactado por un balazo en el lado izq uierdo de la cabeza y el papá recibió un tiro en el torso. Los muertos eran nativos de Salcedo. Fueron ingresados en el Centro Médico Saint Francis, donde fueron declarados muertos.
La portavoz de la policía en Hardfort, Nancy Mulroy dijo que las pesquisas en relación a los asesinatos de los dominicanos, sigue en curso y que los tres restantes sospechosos son perseguidos por la uniformada.
Pero versiones de allegados a las víctimas sostienen que los crímenes fueron pasionales, debido a que Ramón tenía una relación con una mujer boricua quien tiene novio o marido.
Los cadáveres de los Pérez fueron trasladados a Nueva York y fueron velados juntos en la funeraria Ortiz de la calle 190 y avenida Broadway en el Alto Manhattan y serían sepultados en el cementerio del Distrito Municipal de Las Lagunas en Moca.
El hecho fue perpetrado en la calle Whitney al Sur de Stanford.
Un dato aportado por algunos conocidos de los occisos y que lo comentaron en la funeraria es el de que el joven fue baleado primero tras salir del vehículo y cuando abría la puerta electrónica de la residencia en la que vivía con su padre y otros parientes con una tarjeta digital.
Se dijo que el padre al verlo herido, también salió de la jeepeta para tratar de socorrerlo y fue cuando los matones le dispararon. La versión oficial contradice esa especie.
Antonio Pérez, hermano de Ramón dijo no creer lo sucedido ya que su pariente aparentemente, no tenía problemas con nadie. “Esto es una locura, mi hermano no tenía problemas con nadie”, expresó.
Los Pérez eran propietarios de una bodega situada en la esquina de las calles Garden y Westland.
La policía está pidiendo la colaboración de la comunidad para ayudar al arresto de los sospechosos y cualquier información puede ser suministrada a los números 1860-757-4089. o la línea caliente 860-722-TIPS (8477).