Nuestra vilipendiada Policía Nacional tiene grandes defectos, los cuales cuestan mucho atenderlos, uno de ellos es el enquistamiento de elementos que chocan con la disciplina y el noble deber de los uniformados. Otro, la falta de institucionalidad, especialmente en provincias y ciudades del interior del país. En buena cuenta la PN. Necesita dos tipos de ayuda, la que debe tener por parte del gobierno y otra por parte de la ciudadanía.
Ayuda de la ciudadanía: La Policía comunitaria (PC) que yo creo es necesaria como auxiliares de la Institución, pero mejor organizada y, como apéndice de la Nacional. El Gral. García Cuevas hizo lo correcto, cerró el llamado cuartel, porque es lógico; la ley es la ley y nadie puede pasar por encima de ella, ni formar instituciones sin regularizaciones de las autoridades.
La policía comunitaria es necesaria, porque auxiliaría a la PN, en diferentes formas y maneras. Por ejemplo, deben estar cimentadas en Juntas de Vecinos registradas y con participación de la Policía Nacional. La participación del profesional sería con instrucción cívica y acciones preventivas, para el ciudadano y sepa protegerse y contactar con la autoridad, porque el comunitario no debe portar armas ni detener a nadie, pero si puede ser guardián de su comunidad con un sistema de comunicación constante con los policías profesionales.
Un policía comunitario debe instruirse de la PN., en Policía Preventiva y con ella coordinar trabajos, algo importante, el patrullaje. No hay necesidad imperiosa de vestir uniforme, porque son vecinos de buena voluntad que trabajarán para su familia y su comunidad. Hay razones para que exista una policía comunitaria, la principal es; la PN, jamás tendrá un personal, en número ideal para cubrir un territorio como Santiago que crece de manera desorganizada desde el punto de vista demográfico, habitacional, municipal; aquí hay urbanizaciones en avenidas que se hallan dentro de callejones, (parte atrás), por el que se tiene que entrar y salir, casas construidas sin guardar reglamentos de ninguna especie de espacios para peatones y vehículos.
Bien por el General García, pero que busque acercarse a estas comunidades que quieren ayudar, por las mismas deficiencias que Ud., sabe existen en el cuerpo que dirige en Santiago y a donde vaya.
No hay que desechar la iniciativa que es buena.
Por Héctor Páez.