1.- La satisfacción por el deber cumplido como padre nunca termina en sociedades donde están presentes fenómenos sociales nocivos, como el sicariato y otras variantes del crimen organizado.
2.- Los padres de Jordi Veras, Carmen y yo, nos preocupamos por formar una familia de hombres de bien, educados, decentes y honestos. Jordi y sus hermanos asimilaron y han practicado lo que aprendieron en el hogar.
3.- Carmen, la madre de Jordi, falleció convencida de que habíamos trillado un buen camino con nuestros hijos, y yo creí que mi obra como padre había concluido satisfactoria mente.
4.- En lo que a mí respecta, como padre he pasado los momentos más amargos, dolorosos, angustiosos y desesperantes desde el día 2 de junio de 2010, cuando mi hijo Jordi, fue objeto de un intento de asesinato.
5.- Como consecuencia de la acción criminal, Jordi lleva en su cuerpo varias lesiones permanentes, y yo, espiritual y anímicamente, he vivido a medias, con una alegría marchitada, y con una pesada carga que me la llevaré hasta la tumba, porque sé que por muy fuerte sanción que reciban, como merecen los asesinos, la paz espiritual nunca regresará a mi agredida familia.
6.- Quiero que estas reflexiones lleguen a lo más profundo del corazón y se afiancen en la conciencia de todas las madres y padres del país, para que hoy, más que nunca, luchen para que sobre esta sociedad deteriorada, agrietada por todas partes, levantemos un ordenamiento social nuevo en el cual nuestros nietos y nietas, en el futuro, vivan si sobresaltos, miedo e inseguridades, y para que ningún padre de familia tenga que pasar por el calvario que yo he pasado.
Santiago de los Caballeros.
7 de octubre de 2012.
Autor: Ramón Antonio Veras