Julio Vasquez.

Radio Renacer

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viernes, 12 de octubre de 2012

El Che Guevara y el hombre nuevo

La década de los años (60) del siglo XX fue un período de gran efervescencia social en el mundo, en América Latina y el Caribe.

En el marco del mundo contemporáneo se vivían las revoluciones sexuales y culturales, con los consiguientes impactos que tuvieron en las relaciones sociales, en los cambios generacionales, en la cosmovisión del mundo, en los términos de intercambio cultural y comercial entre países del primer y el tercer mundo.

Para esa referida década causa gran impacto en el caribe y América latina la revolución cubana. Proceso que de desarrolló contra el neocolonialismo norteamericano, contra la corrupción rampante y descomposición de la dictadura de Fulgencio Batista.

En sus orígenes será un proceso inspirado en un humanismo revolucionario en busca del hombre nuevo, caracterizado por la filantropía, el altruismo, solidaridad local e internacional.

La Revolución se radicalizo posteriormente tras la invasión de Bahía de Cochinos y el bloqueo económico anacrónico que sobrevive aún. El proceso cubano se convirtió en un paradigma para la juventud caribeña y latinoamericana, y así mismo eran etiquetados o estigmatizados por los centros de inteligencia y contra insurgencia de Estados Unidos, si vivía la guerra fría y se observaba el mundo desde una posición maniquea se era bueno o malo, blanco o negro, capitalista o comunista, no se admiten posiciones intermedias.

En ese periodo señalado, hay una gran movilidad social en el mundo, en el plano científico se plantea la teoría de las Revoluciones científicas de Thomas Kuhn lo que implica una nueva visión de abordar la ciencia y una critica a la epistemología positiva que había predominado hasta el momento.

En el plano sociológico, los estudiosos de la realidad latinoamericana (Faleto, Dos Santos, Fultado, Cordoso) formulan su teoría de la dependencia, donde se estudia la realidad de estos países periféricos articulados en una relación de desigualdad con los centros capitalistas, situación que contribuye a acogotar y profundizar la injerencia del primer mundo y los organismos financieros a sus servicios (FMI, BID, BM).

También en la segunda mitad del siglo XX, la (CEPAL) comisión económica para américa latina con asiento en Chile planteó que las causas de la dependencia latinoamericana responden a problemas estructurales de estas sociedades agrarias, productoras de materia prima.

En esos años el mundo observo con expectación la crisis de los misiles en Cuba (1962), el movimiento HIPPIS, formado por jóvenes norteamericanos que protestaban contra las guerras que hacia su país y que conducían a la muerte a millones de jóvenes; los movimientos estudiantiles que pregonaban derechos y deseos de romper con trabas generacionales y culturales. México, Francia, Yugoslavia fueron testigo de grandes movilizaciones estudiantiles que apuestan a cambio en las estructuras universitarias y sociales.

También en los planos religiosos y sociales en la misma sociedad norteamericana Martin Luther King promovió una lucha titánica por los derechos civiles de los negros y contra la guerra de Vietnam.

En Sudáfrica empezaba a decantar la cuasi eterna lucha de Nelson Mandela con el sistema de aparthei y segregación racial. En ese escenario de tantas alternativas y frustraciones, luchas fallida, y con una américa latina padeciendo una embestida antidemocrática, donde los militares cerraban ciclos democráticos y ponían en marcha operativos contra insurgentes para descabezar los movimientos sociales.

Es en ese contexto que cae el guerrillero heroico, el Che Guevara, un luchador impenitente contra las injusticias y la injerencia neocolonial. Este personaje constituye un icono y un referente para la juventud por la reciedumbre de sus principios, por su defensa intransigente de los más débiles.

Guevara fue anatemizado, acosado, vilipendiado y convertido en especie de engendro endemoniado. Hoy el mercado neoliberal ha convertido en mercancía la efigie y el espíritu aventurero de ese guerrillero impenitente que aposto a cambiar la relación de poder entre el centro y la periferia.
Por Luciano Filpo.
El autor es doctor en Educación.