Julio Vasquez.

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miércoles, 31 de octubre de 2012

Pesar en la funeraria Blandino donde son velados los restos del fiscal Omar Álvarez

Devastada por el dolor, con siete meses de embarazo, Desirée Di Carlo llora la muerte de su esposo Omar Álvarez, el fiscal que ayer fue asesinado en Herrera mientras realizaba un allanamiento.
Sin fuerzas para llorar, casi desmayada, se mantenía Di Carlo en la funeraria Blandino, mientras amigos, familiares, policiales y fiscales le acompañaban en el velatorio de Álvarez, con quien tenía diez años de casada y había procreado un hijo de nueve años.
La pareja también había criado a Katherine Di Carlo de 21 años, quien apenas tenía palabras para lamentar el suceso.
Desiré estaba en un chequeo médico ayer, cuando su madre fue a buscarla para informarle el suceso, lo que la impacto de tal manera que tuvo que ser hospitalizada.
Omar Álvarez, quien fue asesinado ayer por Charles Muñoz García, en momentos que allanaban la casa de éste, tenía ocho años como fiscal adjunto de la provincia Santo Domingo.
Varios de sus compañeros lo calificaron como “solidario, pasivo y buen compañero”, entre estos Marino Trinidad Ruiz, quien dijo que Álvarez en varios ocasiones evadió el caso, debido al prontuario que tenía su victimario, con 117 querellas en su contra.
Ante el féretro de Álvarez se hacía guardia de honor, para a las tres oficiar una misa de cuerpo presente y luego realizar el sepelio en el cementerio de la avenida Máximo Gómez esta tarde.
Mientras que el procurador Francisco Domínguez Brito resaltó las cualidades del malogrado fiscal. “Dio su vida luchado y trabajando por su país. Yo se que Dios en el cielo lo tendrá”.