En la audiencia última del caso que nos ocupa, la quinta en la parte del fondo del proceso, algunas personas con encono y hasta algunos periodistas, me indicaban que cómo era posible que se siguiera permitiendo envíos tras envíos utilizando la misma excusa y el rejuego del cambio y ausencia de los abogados de los imputados. Algunos me decían que no permitiera que siguiera burlándose de nosotros, como familia. A esto le respondí, en dos vertientes: en primer lugar, indicándoles que la táctica y costumbre de estos imputados era el de reenviar hasta buscar la desesperación nuestra y de mi familia y que ha sido así desde sus inicios, tanto en audiencia de Medida de Coerción para el año 2010, así como en la Audiencia Preliminar, la cual fue reenviada en catorce ocasiones y la duración de la misma fue de casi once meses.
En segundo lugar, ya no es nuestra familia o mi persona, a la que le están provocando un daño, que de por sí lo tenemos, sino que es ya al propio sistema al cual se le está infringiendo la bofetada y la burla. Hoy es nuestra familia la que es afectada, pero estos tipos de incidentes se han generalizado y se han vuelto el pan nuestro de cada día en nuestros tribunales penales, sino más adelante, mencionaré dos casos de los conocidos, pero de los que no salen a la prensa son los más.
Haciendo memoria, para antes del año 2004, en que entró en vigencia el actual Código Procesal Penal que hoy nos rige, una de las motivaciones que enarbolaron muchas instituciones ligadas al ámbito judicial para justificar la nueva normativa en ese momento, en desmedro del Código de Procedimiento Criminal, era que evitaría la mal sana costumbre de los tediosos reenvíos y el relajo de ciertos togados de mal emplear la norma para hacer caer en limbos jurídicos las causas; que esto haría ágil el proceso y que sería y tendría mayor garantía para las partes.
A todo lo anterior, esta mala práctica que se ha estado utilizando sobre el cambio de abogados, la sustitución y el abandono de la defensa por parte de los que representan a los imputados, han dado al traste que ha sido, una de las maneras en que se ha encontrado la vía para relajar el proceso, afectar a la víctima, y poner en entredicho la efectividad del sistema frente a esto. No es posible que en el caso de la víctima, que tiene que pasar por llevar la carga y seguimiento del proceso, encima de esto tenga que seguir siendo re victimizada una y otras vez se producen reenvíos por el capricho de los imputados. Un sistema no puede estar al amparo de la voluntad de una de las partes, porque deja de tener su sentido y naturaleza como institución y lo que se debilita es a la institución y la burla no es a la víctima, sino a la base institucional de un país. Hoy es mi familia y quien escribe que es objeto de dichas maquinaciones, pero no somos los únicos ni seremos los últimos de esto continuar.
Para que vean y perciban un ejemplo de lo que expreso y que ya se ha convertido en una maniobra que es utilizada para debilitar, no sólo el proceso, sino el esquema y naturaleza del proceso penal. Expongo, tal como lo mencioné más arriba, una información que salió publicada en el periódico Nuevo Diario, el pasado 19 de julio del año en curso, 2013, respecto al caso que está siendo seguidos a los imputados del caso de la ingeniera Francina Hungría, y expresa lo siguiente:
“La jueza del Tercer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, Elka Reyes, aplazó este jueves para el próximo 30, a las 11:00 de la mañana el inicio del juicio preliminar que se le sigue a los cinco acusados de herir de un tiro en la cara a la ingeniera Francina Hungría Hernández, en el sector Piantini de la capital”.
“La magistrada Reyes aplazó la audiencia, a los fines de que se le asigne un defensor público debido a que uno de los abogados del imputado abandonó la defensa y otro nuevo en el caso para que conozca el expediente”. (subrayado nuestro).
Esta misma situación la vivieron los familiares del señor asesinado en un estacionamiento de un residencial de la ciudad de Santo Domingo, la víctima, Guillermo Moncada Aybar y el victimario, Rafael Emilio González Alvarez; en instrucción y juicio tuvieron que pasar los mismos escollos porque los pedimentos de cambios y ausencias de abogados eran aceptadas reiteradamente.
Esto que narramos es lo que viven muchos dominicanos y dominicanas, cuando los procesos se dejan al amparo y voluntad de los imputados, que siempre van a intentar colocar los incidentes. Como puede notarse, ya no se trata de una situación aislada o de que se refiera a la burla a una que otra víctima, sino que se está afectando y tratando de debilitar el sistema procesal penal para que tenga debilidades acrecentadas en ese sentido.
Nadie niega, como persona civilizada, que todo imputado tiene derechos y deben ser protegidos, pero lo que no se puede permitir y dónde debe estar el llamado y alerta, es que bajo dicha premisa se tienda a burlar, desproteger y conculcar los derechos de las demás partes. Y mucho menos que defensores públicos y privados se den a la tarea, no de asumir la defensa como tal en calidad de auxiliares de justicia, sino de ser instrumento para escollos, haciéndole el juego a los meros caprichos fuera del tecnicismo legal.