Pese al caos en la organización y las protestas, el papa Francisco no sintió miedo y lo que más lo marcó de su primer paseo por Río de Janeiro ha sido el entusiasmo del pueblo brasileño, dijo este lunes el portavoz del Vaticano, el P. Federico Lombardi, sj. «El Santo Padre está muy contento con la acogida y la forma con la que fue recibido en Brasil. La impresión de las personas que estaban con el Papa es la de que ha sido una extraordinaria experiencia con el entusiasmo del pueblo», aseguró el P. Lombardi a los periodistas.
Según Lombardi, el Papa insistió en pasear con la ventana del coche abierta, siendo que el único cambio en el recorrido –del aeropuerto internacional hasta la catedral metropolitana en el centro de Rio– ha sido un desvío al final del trayecto, justamente para evitar el contacto con un grupo de manifestantes. «(El papa) tiene plena confianza en las autoridades», dijo el portavoz sobre la disposición del papa Francisco para enfrentar el contacto espontáneo e inmediato con el pueblo.
El P. Lombardi afirmó que el Papa hizo un viaje «muy activo y tranquilo», y aprovechó la oportunidad para explicar a los periodistas que lo acompañaban su idea central para la Jornada Mundial de la Juventud: ver a los jóvenes como parte de un amplio contexto de la sociedad.
El tema se repitió más tarde, durante una breve conversación con la presidenta Dilma Rousseff, con quien compartió sus ideas de combate a la desigualdad y el cambio de una sociedad «descartable» para una sociedad de «inclusión». «Es un punto muy importante para el Papa permitir a los jóvenes desarrollar sus capacidades y autonomía», dijo el portavoz.