El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cardenal Leonardo Sandri, ha concedido una entrevista publicada al diario L`Osservatore Romano sobre la situación en Siria en la que ha afirmado que «la superior instancia de la paz y de la vida debe prevalecer sobre cualquier otro interés o resentimiento de parte». El purpurado ha recordado que la situación en todo el Oriente Medio puede verse agravada por el conflicto civil sirio.
(Aica) El purpurado argentino sostiene que «sobre cualquier otra razón, para la comunidad internacional deben ser prioritarios la reconciliación, la justicia y el respeto solidario de los derechos personales y sociales, incluso religiosos, de todos e indistintamente los elementos de la población del Medio Oriente».
El cardenal Sandri asegura que «en este momento de temor se intensifica la oración por la situación en Siria» y recuerda que esos sucesos se ven agravados por «el contexto sensible de Medio Oriente, con heridas abiertas en Egipto, Iraq y otras regiones».
«La apelación ardiente del papa Francisco en el Ángelus del domingo 25 de agosto llevó consuelo a toda la población siria, como aseguraron a la Congregación para las Iglesias Orientales, los pastores y los fieles que siguen invocando el don de la paz», indica.
«A las comunidades de la madre patria se unen muchos orientales esparcidos por el mundo en el mismo llamado para que la reconciliación sea más fuerte que el clamor de las armas», concluye.
El cardenal Sandri asegura que «en este momento de temor se intensifica la oración por la situación en Siria» y recuerda que esos sucesos se ven agravados por «el contexto sensible de Medio Oriente, con heridas abiertas en Egipto, Iraq y otras regiones».
«La apelación ardiente del papa Francisco en el Ángelus del domingo 25 de agosto llevó consuelo a toda la población siria, como aseguraron a la Congregación para las Iglesias Orientales, los pastores y los fieles que siguen invocando el don de la paz», indica.
«A las comunidades de la madre patria se unen muchos orientales esparcidos por el mundo en el mismo llamado para que la reconciliación sea más fuerte que el clamor de las armas», concluye.
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