Cuando se toma la postura de un baluarte de la honorabilidad a favor de la verdad, y sobre todo a favor de nuestra sociedad como lo ha hecho el Lic. Juan Bolívar Días Santana, se corre el riesgo de ser difamado por parte de aquellos que han estado de espalda al pueblo, siempre hondeando la bandera del odio y de la maldad a cambio de billetes oscuros, pero con mucho peso de valor en el Mercado Cambiario, como lo vienen haciendo ciertos funcionarios del gobierno dominicano.
Juan Bolívar Díaz, ha sido siempre un ser de un talante que pocos personas poseen en la República Dominicana; a él le conocí cuando apenas yo era una niña, para ese entonces ya este valioso estandarte de la comunicación ejercía su profesión dignamente, esto fue en los primeros 12 años de la era del Dr. Joaquín Balaguer, un hombre que nunca le sirvió a la tiranía trujillista, no solo por la falta de edad, sino también por principios éticos, morales y que su ideología se centra solo en lo profesional, decir la verdad para y por una mejor sociedad.
Es lamentable que persona o familia que han estado y aún están ligada a los sectores más oscuros de nuestra sociedad, que sirvieron a la tiranía trujillista y que todavía desdeñan la vaca gorda desde el poder gubernamental, como aliados políticos de cortas tallas, pero muy congénitos a los nematelmintos, traten de querer hacer daños al profesor Díaz Santana, ya no solo empañando la lucidez de su profesión, sino también arrastrando a su familia al plano personal, solo porque difieren en criterio é ideología, pero no lo van a lograr.
Juan Bolívar Díaz, como profesional de la comunicación tiene derecho a comentar y a exigir el adecentamiento de nuestra sociedad y sobre todo dar a conocer los hechos por ante el pueblo dominicano para que todos los ciudadanos de este país conozcamos quienes son las personas que manejan los asuntos públicos y la familia Castillo por más poder político y económico que posea no está por encima de las leyes, pero ellos se creen dueños de esta nación, porque han sido fieles lacayos primero de Rafael Leónidas Trujillo, de Joaquín Balaguer y luego de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Los Castillo Seman deben y tienen que resarcir todo el daño ocasionado al Lic. Juan Bolívar Díaz y a su honorable familia y si fuere necesario por ante la vía judicial, ya que ellos serán grandes en el palacio de gobierno, pero jamás están por encima de las leyes de este país.
El pueblo dominicano debe apoyar grandemente a este estandarte de la comunicación para que continúe en su lucha por el adecentamiento de la sociedad nacional y honor a quienes lo merecen.
Autor: Olga Capellán