Mientras parece cada vez más inminente una intervención militar occidental en contra del régimen de Bashar al-Assad, la Iglesia ortodoxa rusa expresó su «fuerte preocupación» por los posibles escenarios que se presentan en Siria. «Una vez más, como en el caso de Irak, los Estados Unidos se comportan como justiciero internacional», denunció el metropolita Hilarion de Volokolamsk, presidente del departamento que se ocupa de las relaciones públicas del Patriarcado de Moscú.
«Una vez más –advirtió Hilarion– miles de víctimas serán sacrificadas en el altar de una imaginaria democracia». Entre ellas, según el metropolita, estarán antes que nada «los cristianos, de cuya suerte nadie se preocupa». Justamente ellos «corren el peligro de convertirse en los principales rehenes de la situación y las principales víctimas de las fuerzas extremistas radicales, que con la ayuda de los Estados Unidos llegarán al poder».
«La comunidad internacional –concluyó– debe hacer todo lo posible para evitar que los eventos se desarrollen de esa manera».