Agosto se presumía un mes de poca actividad, pero no está siéndolo para el Papa Francisco. El «ferragosto» romano, ese mes en el que la dureza del clima torna por imposible la vida en la ciudad, no está aplacando la capacidad de trabajo del Santo Padre que ha preferido no desplazarse hasta lugares más frescos, como la residencia veraniega de Castelgandolfo o el Valle de Aosta, como solía hacer cada verano su predecesor.
Por eso, Francisco no descansa. Mantiene su habitual horario de trabajo a tenor de la actividad de esta semana pasada sin ir más lejos. Además, prepara el inicio del próximo curso y los no pocos asuntos pendientes.
La reforma de la Curia
Entre ellos, y el más importante, la reforma de la curia vaticana. Se espera que la primera reunión oficial con los ocho cardenales se produzca en los primeros días de octubre. Para entonces, ya habrá trabajos avanzados y puesta en común con el Papa Francisco, que ya cuenta con algunos informes preliminares. «No creo que salga de ahí alguna cosa definitiva porque la reforma de la Curia es muy seria y las propuestas hay que madurarlas. Calculo que vamos a tener que hacer dos o tres reuniones más antes de que se note alguna reforma», comentó el Santo Padre en su primera entrevista a la televisión, durante su estancia en Río de Janeiro.Pero si hay un asunto pendiente que genera mucha expectación, sobre todo entre los miembros de la curia, es la elección del secretario de Estado. Si sigue con la tradición no escrita, a Papa no italiano le acompaña un primer ministro italiano, pero ya sabemos que Francisco es imprevisible y le gusta cambiar las tradiciones. El Papa mantiene todavía en sus puestos a todos los miembros de la Curia, pero de forma interina. Y es probable que el otoño traiga también un Sínodo de Obispos, del que aún se desconoce fecha y tema, pero que podría ayudar al Pontífice a planificar algunas líneas de gobierno de la Iglesia en aras de aquel papel mayor que pretende atribuirle al sínodo, según anunció en la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Si algo no está descuidando el Papa este verano son los asuntos relacionados con las finanzas y las reformas económicas. Según ha podido saber ABC, la Comisión Internacional de Expertos creada para la optimización de la administración vaticana y de sus recursos ya se ha reunido en Roma después de varios encuentros mantenidos online. Francisco también tiene en marcha la Comisión para la investigación del Banco Vaticano que creó en el mes de junio y que puede, en cualquier momento, suministrarle información sobre sus trabajos.
Vacaciones más cortas
El tema económico también está ocupando gran parte de su verano. Designó hace una semana a un nuevo Limosnero de Su Santidad; un sábado, en concreto, día de la semana que se ha convertido en día de nombramientos. El Limosnero es una figura que ejerce la caridad en nombre del Papa y que maneja también una cuantiosa suma de dinero al año. Es monseñor Konrad Krajewski, de origen polaco y hasta ahora Ceremoniero Pontificio. Con este cargo, pasa también a ser miembro de la Casa Pontificia.Y para redondear las decisiones con respecto al dinero, el Papa sorprendió el pasado jueves con un Motu Proprio para prevenir y evitar el blanqueo de capitales en los departamentos vaticanos. En la línea del publicado por Benedicto XVI en 2010, Francisco ahonda en el control de las transacciones financieras de la Santa Sede y del Estado Vaticano. Mientras la ley de su predecesor se focalizaba, sobre todo, en la vigilancia del Banco Vaticano, la de Francisco extiende este control a más organismos vaticanos.
A diferencia de otros veranos, este año, las vacaciones entre los miembros de la curia serán más cortas. El Papa quiere a todo el mundo a pie de obra antes de que finalice este mes de agosto. Hay muchos temas pendientes, algunos graves y preocupantes, que no pueden esperar.