El dopaje en los deportes nunca debe pasar. Primero porque es trampa, segundo porque es dañino para la salud y tercero porque ensucia el entretenimiento y la competencia. Los dominicanos hemos recibido golpes adicionales a esos tres porque algunos de nuestros más queridos jugadores han estado involucrados en ese fenómeno.
Cada vez que uno de nuestros jugadores es suspendido la tristeza y el desencanto se adueña de toda la nación. Pero a pesar de que es muy significativo el numero de peloteros dominicanos que han dado positivo, es por la dimensión de sus nombres, que a su vez refleja sus números de por vida, lo que resulta difícil de digerir. Son los casos de Manny Ramírez y Alex Rodríguez.
Manny cerró las puertas de Cooperstown y boto la llave en el fondo del mar al dar positivo dos veces. Lo mismo sucederá con Mark McGwire, Rafael Palmeiro y Barry Bonds. Ellos comparten el hecho de haber bateado más de 500 jonrones y más de 2500 hits. Palmeiro paso los 3,000 y Bonds se quedo corto por 65, ellos terminaron sus carreras con más de 1800 carreras empujadas.
El caso de Alex Rodríguez podría ser igual que los antes mencionados pero existe y está sucediendo un fenómeno que los otros no experimentaron: Un rechazo rabioso de parte de los fanáticos y los medios de comunicación así como un castigo que se sale de los cánones establecidos para estos casos. El problema de los esteroides no es tan complejo, con las sanciones basta.
Al parecer lo que incide en el caso particular de Alex es que es el mejor pagado del juego y que es un reincidente que no había sido suspendido porque en el momento en que el mismo lo admitió no existían penalidades.
También mintió al prometer no hacerlo más. Pero Bonds y Palmeiro lo hicieron frente a un gran jurado y no recibieron ni una decima parte de lo que está recibiendo Alex en este momento. Alex ni siquiera ha dado positivo nunca y el Comisionado pretende castigarlo con una suspensión de 241 juegos.
A Alex le faltan 96 hits para llegar a 3,000 y le restan 86 millones de dólares en su contrato. Ni siquiera O.J. Simpson recibió tanto desprecio de los medios y el público. Es por esto que debemos seguir el caso en detalles porque si bien el consumo de esteroides es inaceptable también lo es la xenofobia, el prejuicio y la mala fe.
Como Presidente de la Federación Dominicana de Béisbol quiero exhortarles a los atletas jóvenes a mirarse en el espejo de Alex y todos los demás que cometieron suicidio moral al acceder al consumo de esas sustancias, aun conociendo de sobra los efectos y las consecuencias para sus carreras.
Autor: Tito Pereyra