Orani Tempesta es el arzobispo Río y el organizador del evento que recibirá a casi dos millones de jóvenes de todo el mundo, en la primera visita de Francisco a Latinoamérica
Crédito foto: AP
Detrás del multitudinario evento que ya congrega a más de un millón de jóvenes en Río y que cuenta con la visita del Papa Francisco, hay un organizador.
Monseñor Orani Joao Tempesta es el Arzobispo de Río de Janeiro y el hombre detrás de este megaevento de la juventud católica. Según él mismo explica, la JMJ no consiste solo en las actividades masivas en las que estará presente el Sumo Pontífice, sino también la riqueza cultural e histórica que la ciudad pueda ofrecerle a los visitantes durante su estadía, a través de la preparación y organización de cada detalle de espectáculos musicales, cinematográficos, exposiciones y obras de teatro, entre otros.
Por eso, desde su teléfono smartphone Tempesta recibe llamados de museos hasta de organizadores del tránsito. Su intensa agenda es revelada a sus más de 20.000 seguidores a través de su cuenta en Twitter, como así también a través deFacebook, Flickr y Blogger.
Desde la dirección del Comité Organizador de la JMJ, Tempesta estuvo atrás de cada paso en la planificación de este evento, aún cuando todavía iba a ser Benedicto XVI quien las encabezara.
El arzobispo de 63 años nació en Sao José de Rio Pardo pero realizó sus estudios de Filosofía y Teología en San Pablo, donde se convirtió en un experto en comunicaciones. Fue elegido Arzobispo de Río en abril de 2009, durante el pontificado de Benedicto XVI, después de haber pasado por otros arzobispados y de ser delegado en la V Conferencia General de los Obispos de América Latina y el Caribe en 2007.
En recientes declaraciones a la prensa, Tempesta evitó confrontar con las manifestaciones que en algún momento pusieron en riesgo la realización de las jornadas. En cambio, prefirió identificarlas como un mensaje al mundo: "la Juventud quiere ser oída", afirmó.
En consonancia con el estilo que el papa Francisco impuso al mundo desde que fuera elegido la máxima autoridad de la iglesia católica, Tempesta celebró la visita que se realizará el día jueves a la favela Manginhos. "Es una señal al mundo", dijo.
Como todo buen anfitrión, Tempesta no se despega de la cargada agenda que Francisco tiene por delante hasta el domingo. La prueba de fuego, con el arribo a Brasil, el encuentro con la presidenta Dilma Rousseff y el recorrido por las calles cariocas sobre el papamóvil ante miles de jóvenes, ya fue superada.
Monseñor Orani Joao Tempesta es el Arzobispo de Río de Janeiro y el hombre detrás de este megaevento de la juventud católica. Según él mismo explica, la JMJ no consiste solo en las actividades masivas en las que estará presente el Sumo Pontífice, sino también la riqueza cultural e histórica que la ciudad pueda ofrecerle a los visitantes durante su estadía, a través de la preparación y organización de cada detalle de espectáculos musicales, cinematográficos, exposiciones y obras de teatro, entre otros.
Por eso, desde su teléfono smartphone Tempesta recibe llamados de museos hasta de organizadores del tránsito. Su intensa agenda es revelada a sus más de 20.000 seguidores a través de su cuenta en Twitter, como así también a través deFacebook, Flickr y Blogger.
Desde la dirección del Comité Organizador de la JMJ, Tempesta estuvo atrás de cada paso en la planificación de este evento, aún cuando todavía iba a ser Benedicto XVI quien las encabezara.
El arzobispo de 63 años nació en Sao José de Rio Pardo pero realizó sus estudios de Filosofía y Teología en San Pablo, donde se convirtió en un experto en comunicaciones. Fue elegido Arzobispo de Río en abril de 2009, durante el pontificado de Benedicto XVI, después de haber pasado por otros arzobispados y de ser delegado en la V Conferencia General de los Obispos de América Latina y el Caribe en 2007.
En recientes declaraciones a la prensa, Tempesta evitó confrontar con las manifestaciones que en algún momento pusieron en riesgo la realización de las jornadas. En cambio, prefirió identificarlas como un mensaje al mundo: "la Juventud quiere ser oída", afirmó.
En consonancia con el estilo que el papa Francisco impuso al mundo desde que fuera elegido la máxima autoridad de la iglesia católica, Tempesta celebró la visita que se realizará el día jueves a la favela Manginhos. "Es una señal al mundo", dijo.
Como todo buen anfitrión, Tempesta no se despega de la cargada agenda que Francisco tiene por delante hasta el domingo. La prueba de fuego, con el arribo a Brasil, el encuentro con la presidenta Dilma Rousseff y el recorrido por las calles cariocas sobre el papamóvil ante miles de jóvenes, ya fue superada.