El presidente Evo Morales consideró este viernes que el aborto es un delito, pero que en el Órgano Ejecutivo no existe una posición oficial; mientras, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) tampoco llegó a un consenso para emitir el fallo sobre la despenalización o no del aborto. «No soy experto en tema de aborto, hay que debatirlas. Claro cualquier aborto es un delito así entiendo, pero de manera oficial debatiremos en el gabinete (sobre) las discusiones que se están sosteniendo en la opinión pública para que Bolivia, el gabinete o el Gobierno tenga una posición», afirmó.
El 17 de julio, la falta de consenso de los magistrados del TCP retrasó la emisión de la sentencia de constitucionalidad o no sobre el recurso de varios artículos del actual Código Penal, de éstos cinco referidos al aborto.
El presidente del TCP, Rudy Flores, señaló que «el proyecto que presentó el magistrado relator no alcanzó el consenso correspondiente y en ese sentido se ha dispuesto enviar nuevamente a la comisión de admisión, luego (realizar) nuevo sorteo del magistrado relator que se va a disponer de 30 días hábiles para (que elabore) nuevo proyecto de sentencia».
Ayer, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, a título personal, señaló su respaldo a la despenalización del aborto en Bolivia, iniciativa alentada por la diputada del Movimiento Al Socialismo (MAS), Patricia Macilla.
«Hay un intenso debate en el gobierno sobre este tema, particularmente yo estoy de acuerdo con la despenalización del aborto, ese es un derecho de las mujeres y no existe ninguna instancia oficial del Estado que debería regir nuestro derecho a tener o no hijos», dijo.
El principal opositor a la práctica del aborto en Bolivia es la Iglesia Católica, que realiza una campaña para que la población rechace el debate en torno a la despenalización.