El obispo de Chimbote (Perú), Mons. Ángel-Francisco Simón Piorno, ha aceptado medidas de seguridad particulares por la situación de «corrupción y la violencia» que se vive en la región. Monseñor Ángel-Francisco Simón Piorno ha reiterado que él se siente seguro, no ha tenido problemas ni siente que alguien le quiera hacer daño «a pesar de esta ola de delincuencia que ha llegado a su más alto nivel en la ciudad» y ha asegurado que él se siente «protegido por Dios».
El obispo ha querido reiterar la condena del asesinato de Ezequiel Nolasco Campos, a quien conocía personalmente, el cual le había expresado sus deseos de descubrir a los asesinos de su hijo, Roberto Torres Blas.
«Suceden muchos crímenes en esta ciudad, que tocan a todos, sin embargo, la mayoría cometidos por sicarios a personas conocidas como Ezequiel Nolasco Campos tienen tinte y connotación política, por eso creemos que debe descubrirse a los autores» ha dicho monseñor.
Ezequiel Nolasco Campos era un consejero regional y presidente de un sindicato que denunciaba a menudo la corrupción de las autoridades. Fue asesinado el 14 de marzo cuando acababa de anunciar su disposición a presentarse como candidato a la Administración regional.