El Papa ha invitado a los trabajadores de la salud a custodiar y promover la vida a través del reconocimiento «de la dignidad y el valor» de cada ser humano, «desde la concepción hasta la muerte», en un discurso a los participantes de la Plenaria del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, que se ocupan de la pastoral de la salud. De esta manera, ha remarcado que «la experiencia del compartir fraterno con los que sufren» suscita abrirse a la verdadera belleza de la vida que también «comprende su fragilidad».
La Pasión de Cristo, la mejor escuela
El Pontífice ha aconsejado a los que se quieren dedicar al servicio de los enfermos y de los que sufren que tomen como ejemplo La Pasión de Jesús porque es «la escuela más grande».Así, les ha pedido que siempre se acuerden de «la carne de Cristo» porque está presente «en los pobres, en los que sufren, en los niños, en los indeseados, en las personas con discapacidad física o psíquica, en los ancianos».
En el discurso dirigido al Dicasterio de los operadores sanitarios, el Papa ha sostenido que la experiencia del Calvario da sentido incluso a la enfermedad humana más grave porque en Dios «el dolor humano, la angustia, el sufrimiento», ha sido asumido por amor, por voluntad de estar cerca de nosotros, estar con nosotros.
«En el sufrimiento, jamás se está sólo porque Dios con su amor misericordioso por el hombre y por el mundo abraza también las situaciones más inhumanas en las que la imagen del Creador presente en cada persona aparece ofuscada o desfigurada», ha agregado.