Con una gran asistencia de feligreses y público en general, concluyó anoche la XXV Feria del Libro Católico, que contó con una diversidad de eventos en los que, además de la lectura, promovieron acciones de afianzamiento de la fe.
La coordinadora de la Feria, Silvia de Pereyra, habló del entusiasmo y la gran satisfacción con la que todo el equipo del Movimiento de Cursillos de Cristiandad culminó la jornada, que se extendió durante dos semanas y que fue dedicada a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, dos sumos pontífices que tuvieron gran incidencia en América Latina y que serán canonizados esta semana por el Papa Francisco.
“Fue muy buena la acogida y la venta de libros. Esta actividad de este año ha rebasado nuestras expectativas. Tuvimos una respuesta de los medios y del público, pues estábamos celebrando nuestras bodas de plata”, dijo la coordinadora del evento al ofrecer su evaluación de esta fiesta espiritual de la lectura.
Dijo que todas las charlas y los conciertos, como actividades complementarias y de goce cristiano, superaron ediciones anteriores y anoche la culminación tuvo entre sus protagonistas a la Hermana Glenda, una cantautora argentina.
El auditorio fue rebosado y se vieron en la necesidad de colocar sillas en la explanada externa para acoger a todos los que se dieron lugar en las instalaciones de la Casa San pablo.
Manifestó que ha habido mucho apoyo de libreros que se han mantenido junto a ellos desde hace 25 años.
Cito citó el caso de la Librería Mateca, que fue reconocida por ese esfuerzo.
Dijo que en conversaciones con los expositores, le informaron de una gran afluencia y movimiento en las ventas de libros.
“Hay expositores que tienen con nosotros 25 años; conversé con un artesano que me dijo que ha participado en todas las ferias y nunca había vendido tanto como hoy”, recalcó.