Las consecuencias de la información divulgada por Edward Snowden, quien se desempeñaba en la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América, es motivo de gran preocupación por las implicancias que tiene en la promoción internacional de los derechos humanos.
Como alguna vez señaló Cyrus Vance, ex secretario de Estado norteamericano durante la administración Carter, “no se puede defender los derechos humanos violándolos”. En ese sentido, como autoridad moral para intervenir y apoyar internacionalmente en favor de la defensa de los derechos humanos, los países democráticos deben primero garantizarlos internamente de manera ejemplar y en su política exterior actuar de la misma forma frente a todos los gobiernos represivos de las libertades fundamentales.
Sobre el caso Snowden, la prestigiosa organización Human Rights Watch (HRW) - basada en los Estados Unidos- señaló que “el derecho internacional reconoce que en ciertas ocasiones la revelación de secretos oficiales puede justificarse apelando al interés público. Especialmente, si pudiera ser necesaria para dar a conocer y evitar que se produzcan violaciones graves de derechos humanos, como por ejemplo una situación de vigilancia excesiva o injustificable”.
El comunicado de HRW agrega que “el derecho estadounidense simplemente no brinda a quienes denuncian irregularidades en materia de seguridad nacional garantías suficientes frente a la posibilidad de represalias o sanciones por haber permitido que trascendiera información de interés público”.
En la misma línea, la otra entidad internacional referente en la defensa de los DDHH, Amnesty International (AI) -con sede central en el Reino Unido-, expresó que “nadie debe ser acusado en aplicación de ninguna ley por revelar información sobre violaciones de derechos humanos. Estas revelaciones están protegidas por los derechos a la información y a la libertad de expresión.”
El comunicado de AI agrega: “Tenemos conocimiento de que otras personas que han sido enjuiciadas por actos similares han sido recluidas en condiciones que no sólo Amnistía Internacional, sino las propias autoridades estadounidenses, consideraban tratos crueles, inhumanos y degradantes que vulneraban el derecho internacional”.
De manera categórica, Michael Bochenek, director de Derecho Internacional y Política de AI, afirmó que “las tentativas de Estados Unidos de presionar a los gobiernos para bloquear los intentos de Snowden de solicitar asilo son lamentables.”
“Solicitar asilo es un derecho inalienable, consagrado en el derecho internacional, y no debe ser obstaculizado”. La conducta de Snowden merece ser destacada si decidió divulgar información sobre manejos irregulares en el organismo en el cual se desempeñaba, pues la mejor forma de defender a su Patria -y a los contribuyentes- es respetando lo establecido en su ejemplar Constitución. A partir de allí, la crítica que se le puede formular a Snowden es la de solicitar asilo en países en los cuales la violación de los DDHH es una política de Estado.
Como bien señala HRW, “cualquier país que se manifieste en defensa de Snowden debería además garantizar el derecho a la libertad de expresión de sus propios ciudadanos, críticos y denunciantes, así como el derecho de su propia población a la libertad de información”.
Estados Unidos de América es un país admirable por lo que representa en la historia de la libertad, su declaración de independencia, su vigorosa democracia, la tierra de esperanza para inmigrantes de todo el mundo, el progreso en base al esfuerzo personal simbolizado en el “sueño americano” y la ayuda que ha brindado y sigue brindando para promover los DDHH en todo el mundo. Al respecto, HRW le recuerda a Estados Unidos que “deberá tener presente que durante décadas ha ofrecido asilo político a personas que son objeto de graves sanciones por criticar a sus respectivos gobiernos. Por lo tanto, no debería aplicar un doble criterio actuando contra aquellos gobiernos que podrían otorgar asilo en este caso”.
En definitiva, el caso Snowden debe llamar la atención a los países con mayor tradición en su compromiso internacional en la defensa de las libertades fundamentales, recordándoles que internamente tienen que comportarse de manera ejemplar. Como diría Václav Havel al triunfar la revolución de Terciopelo en la antigua Checoslovaquia: “No somos como ellos”.
martes, 9 de julio de 2013
El caso Snowden y la defensa internacional de los derechos humanos
1:06 p. m.
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