Ayer en la mañana el P. Antonio Magalso fue asesinado a puñaladas cuando se disponía a celebrar la Misa en una parroquia de la ciudad de Tanjay, en la isla de Negros, ubicada en el centro de las Filipinas.
El sacerdote de 44 años llegó muerto al hospital. Según informaron los testigos de esta tragedia, el asesino fue capturado por la policía y está siendo interrogado. Los primeros rumores indican que al parecer el hombre tiene desequilibrios mentales.
“Estamos profundamente consternados por un asesinato a sangre fría sin ningún motivo. El P. Magalso era un párroco sencillo, muy querido por su gente, dedicado a la vida pastoral. No era un sacerdote activista comprometido en otras batallas”, dijo a la agencia vaticana Fides el P. Nathaniel Gómez, sacerdote de la Diócesis de Dumaguete, donde pertenecía el P. Magalso.
Además de su labor pastoral como sacerdote, el P. Magalso también era el responsable de la Comisión Diocesana de Apostolado Bíblico.
El P. Gómez añadió que la gente está desconsolada y que “el asesinato no ha estado motivado por el robo: la policía está investigando”.
La Diócesis de Dumaguete está de duelo. El Obispo local, Mons. Julito Cortés, convocó a que se realice una hora santa en todas las parroquias de la diócesis para orar por el alma del sacerdote asesinado y por la conversión del homicida.
Mons. Cortés viajó a la parroquia de Santa Cruz, donde el P. Magalso era párroco. El Prelado consoló a los feligreses y los alentó a tener coraje, a orar y a “vivir este evento en un ambiente de penitencia y de misericordia”.
Este sábado se celebrará una Misa en honor al P. Magalso en la catedral de la ciudad y el funeral será el 7 de octubre en su pueblo natal.