Ante la polémica mediática causada por la nueva residencia a la ques e trasladará el cardenal Bertone, anterior Secretario de Estado, el prelado ha enviado una carta a diversos medios de comunicación italianos en la que asegura que el Papa Francisco le mostró «su solidaridad y su decepción por los ataques dirigidos a mí a propósito del apartamento, del cuál era informado desde el día en que se me ha atribuido». Los medios de comunicación habían asegurado que el Santo Padre estaba muy disgustado por el tipo de apartamento en el que residirá el purpurado italiano.
Estimado Director,
en los días pasados algunos medios han hablado de forma maliciosa sobre el apartamento en el que viviré en el Vaticano y, para agrandar el fenómeno mediático, el ‘informador’ ha doblado los metros cuadrados. Se ha dicho, además, que el Papa se habría enfadado conmigo por tanta opulencia.
Incluso se ha comparado el espacio de “mi” apartamento con la supuesta escasez de la residencia del Papa.
En primer lugar, agradecemos a Dios y la preocupación de muchos, el hecho de que el Papa está alojado y asistido con dignidad en Santa Marta, donde puede fácilmente llevar a cabo sus actividades institucionales.
Personalmente, además, estoy agradecido y conmovido por la llamada afectuosa que he recibido del papa Francisco el 23 de abril pasado para expresarme su solidaridad y su decepción por los ataques dirigidos a mí a propósito del apartamento, del cuál era informado desde el día en que se me ha atribuido.
Muchas personas, conocidas durantes los años de mi ministerio en Vercelli y en Génova, o vecinos de mi diócesis de origen, Ivrea, me han escrito y llamado para compartir el dolor.
Escribo esta carta a los semanales diocesanos para dar las gracias a estas personas amigas y aquellos que pueden haberse quedado sorprendidos por la noticia. El apartamento espacioso, como son normalmente las residencias en los antiguos edificios del Vaticano, y debidamente reestructurado (bajo mis gastos) se me ha concedido temporalmente el uso y después de mí lo usará otro.
Como decía el Santo Pontífice Juan XXIII “no me detengo a recoger las piedras que me lanzan”.
Saludos cordiales. Tarcisio Card. Bertone