Estados Unidos calificó de "despreciable y cobarde" el atentado llevado a cabo en un hospital de Kabul, en el que resultaron muertos tres médicos estadounidenses y dos resultaron heridos, al tiempo que manifestaba su respaldo a quienes trabajan por la paz en Afganistán.
"Estados Unidos condena el ataque de hoy en Kabul en el que murieron tres estadounidenses que trabajaban para proporcionar cuidados de salud a los afganos. Cualquier ataque de este tipo a civiles en un hospital es despreciable y cobarde", señala en un comunicado Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Presidencia.
El ataque se produjo cuando un guardia de seguridad "disparó contra médicos en un hospital de la zona de Darulaman, en el oeste de la capital", según explicó a Efe en Kabul el portavoz policial Hashmat Stanikzai.
Las autoridades estadounidenses no han identificado a las víctimas mortales del atentado.
Un funcionario del Centro de Salud Cristiano Lawndale de la ciudad estadounidense de Chicago, Bruce Rowell, identificó a uno de los fallecidos como Jerry Umanos, un pediatra que trabajaba en ese hospital estadounidense y que aparentemente se encontraba de visita en Kabul, según informó la cadena de televisión CBS News.
"Estados Unidos sigue apoyando rotundamente a aquellos en Afganistán que aborrecen esta violencia y están trabajando para construir un futuro pacífico y próspero para sí mismos", subraya Hayden en su escrito.
"Estamos orgullosos de todos los estadounidenses que están de servicio en Afganistán, trabajando hombro con hombro con sus aliados afganos hacia nuestro objetivo compartido de un Afganistán soberano, estable, seguro y democrático", añade la portavoz de la Casa Blanca.
Los ataques contra extranjeros en la capital afgana, que hasta hace dos años ofrecía cierto margen de seguridad para la vida cotidiana de los numerosos residentes foráneos, han aumentado los últimos meses.
Este nuevo ataque se produce pocos días antes de que el sábado se anuncie el resultado de los comicios presidenciales, marcados por la salida del poder del presidente Hamid Karzai, tras agotar los dos mandatos posibles, y la retirada de las tropas internacionales de Afganistán a finales de este año.
jt/am
"Estados Unidos condena el ataque de hoy en Kabul en el que murieron tres estadounidenses que trabajaban para proporcionar cuidados de salud a los afganos. Cualquier ataque de este tipo a civiles en un hospital es despreciable y cobarde", señala en un comunicado Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Presidencia.
El ataque se produjo cuando un guardia de seguridad "disparó contra médicos en un hospital de la zona de Darulaman, en el oeste de la capital", según explicó a Efe en Kabul el portavoz policial Hashmat Stanikzai.
Las autoridades estadounidenses no han identificado a las víctimas mortales del atentado.
Un funcionario del Centro de Salud Cristiano Lawndale de la ciudad estadounidense de Chicago, Bruce Rowell, identificó a uno de los fallecidos como Jerry Umanos, un pediatra que trabajaba en ese hospital estadounidense y que aparentemente se encontraba de visita en Kabul, según informó la cadena de televisión CBS News.
"Estados Unidos sigue apoyando rotundamente a aquellos en Afganistán que aborrecen esta violencia y están trabajando para construir un futuro pacífico y próspero para sí mismos", subraya Hayden en su escrito.
"Estamos orgullosos de todos los estadounidenses que están de servicio en Afganistán, trabajando hombro con hombro con sus aliados afganos hacia nuestro objetivo compartido de un Afganistán soberano, estable, seguro y democrático", añade la portavoz de la Casa Blanca.
Los ataques contra extranjeros en la capital afgana, que hasta hace dos años ofrecía cierto margen de seguridad para la vida cotidiana de los numerosos residentes foráneos, han aumentado los últimos meses.
Este nuevo ataque se produce pocos días antes de que el sábado se anuncie el resultado de los comicios presidenciales, marcados por la salida del poder del presidente Hamid Karzai, tras agotar los dos mandatos posibles, y la retirada de las tropas internacionales de Afganistán a finales de este año.
jt/am