La hermana Marie Simon-Pierre, que fue curada milagrosamente del mal de Parkinson por la intercesión de Juan Pablo II, estuvo hoy en la plaza de San Pedro para participar en la ceremonia de la canonización. «Su» milagro permitió que fuera beatificado, así como la curación milagrosa de un aneurisma cerebral recibido por la costarricense Floribeth Mora abrió el camino a la canonización del Papa polaco. Ambas estaban hoy en la plaza de San Pedro.
La hermana Marie Simon-Pierre Normand, 55 años, religiosa de la congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas, que se ocupa de recién nacidos en la localidad francesa de Puyricard (cerca de Aix-en-Provence), fue curada milagrosamente el 2 de junio de 2005, cuando el mal de Parkinson la había reducido a un estado de gravedad incurable. El milagro llegó después de un momento de adoración eucarística, al meditar los misterios luminosos del rosario.
Sobre el evento de hoy, indicó: «Es magnífico, es algo enorme y extraordinario. Tengo presentes a todos los enfermos que se confían a nuestra oración, la mía pero especialmente la de mi congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas. Tengo presente a todos los pacientes que se confían a nuestra oración: las personas enfermas de Parkinson, que sufren cáncer, todas las parejas que esperan un hijo, a todos los enfermos y a todos aquellos que fueron heridos por la vida».
Concluyó recordando que «la comunidad está al servicio de la familia y lo relacionado especialmente con el 'Papa de la familia'. Las Hermanitas de las Maternidades Católicas servimos a que en cada persona sea servido Jesús resucitado y viviente, esta es nuestra misión. Fuimos fundados en 1930 por Alexandre Caillot, obispo de Grenoble, y Marie-Louise Lantelme».
Recientemente, el portavoz de la Conferencia de Obispos de Francia, monseñor Bernard Podvin, informó que se ha registrado una nueva curación milagrosa en Francia, por intercesión de Juan Pablo II, y la oración de la hermana Marie Simon-Pierre y de su comunidad.
Se trató, dijo, de un recién nacido con un defecto cardíaco grave «curado del mal el 2 de abril pasado, aniversario de la entrada en la vida eterna del Beato Juan Pablo II». Añadió que los jóvenes padres habían pedido a la hermana Marie Simon-Pierre y a su comunidad que le rezaran al papa polaco para que intercediera por su bebé.
Hoy la hermana Marie Simon-Pierre leyó la siguiente intención en la oración universal durante la misa de canonización: Que la intercesión de san Juan Pablo II despierte siempre, oh Padre, entre los hombres de cultura, de ciencia y de gobierno, la pasión por la dignidad del hombre, y haga que en cada persona sea servido Jesús resucitado y viviente.