SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En los resultados del estudio “Por Ser Niña, y los Niños Qué,” ejecutado por Plan Internacional, y presentado este viernes por el Ministerio de la Mujer, se determinó que infantes que reciben educación temprana en el hogar, son menos propensos a ser violentos con las mujeres y están más dispuestos a participar en el cuidado de los niños.
Indica la investigación que se debe iniciar temprano la educación pre-escolar y a la vez promover la igualdad entre niños y niñas e involucrar al padre y la madre, y transformar el currículo escolar para cambiar los estereotipos y reconocer las diferencias.
Dentro de las conclusiones se determinó además que los hombres con educación secundaria apoyan más la igualdad de género.
El estudio abarcó el tema de cómo apoyar la participación de las niñas y los niños en la elaboración de políticas para mejorar la educación sexual y en el ámbito escolar se estudió el tema sobre cómo hacer de la escuela un lugar seguro para niñas y niños; también se acordó lanzar campañas que frenen la discriminación en la que participen niños y hombres.
El estudio “Por Ser Niña” recomendó promover leyes que permitan que padre y madre jueguen un papel activo en la crianza de sus hijos, reforzar las legislaciones para acabar con la violencia contra las niñas y mujeres y legislar para la igualdad de oportunidades. Destacaron que los hombres que apoyan la igualdad de género deben enfrentar las dificultades de ir en contra de las normas sociales que prevalecen.
Dentro de los resultados se recalcó que los estereotipos de género y sus consecuencias no sólo perjudican a las niñas y mujeres, también le hacen daño a los hombres y niños.
Los conceptos de masculinidad “tradicional” los obliga a comportarse en formas en que pueden sentirse incómodos, y los dividendos de la igualdad de género serán disfrutados por todos los niños y las comunidades.
En cuando a las relaciones familiares, se reconoció que los padres jóvenes en particular, necesitan apoyo para participar de las labores domésticas y del cuidado de los niños; y tomar mayores responsabilidades para ayudar a las madres cuando son adolescentes.
“Los hombres también reconocieron estar afectados por los roles rígidos de género. Sin embargo el compartir el poder puede ser “empoderante” para todos: no una disminución de la masculinidad, sino una mejora”, resaltaron.
Los primeros años de vida son una vía para retar los estereotipos de género que refuerzan el machismo y mantienen a las mujeres sin poder en la familia y en la sociedad.
Indica la investigación que se debe iniciar temprano la educación pre-escolar y a la vez promover la igualdad entre niños y niñas e involucrar al padre y la madre, y transformar el currículo escolar para cambiar los estereotipos y reconocer las diferencias.
Dentro de las conclusiones se determinó además que los hombres con educación secundaria apoyan más la igualdad de género.
El estudio abarcó el tema de cómo apoyar la participación de las niñas y los niños en la elaboración de políticas para mejorar la educación sexual y en el ámbito escolar se estudió el tema sobre cómo hacer de la escuela un lugar seguro para niñas y niños; también se acordó lanzar campañas que frenen la discriminación en la que participen niños y hombres.
El estudio “Por Ser Niña” recomendó promover leyes que permitan que padre y madre jueguen un papel activo en la crianza de sus hijos, reforzar las legislaciones para acabar con la violencia contra las niñas y mujeres y legislar para la igualdad de oportunidades. Destacaron que los hombres que apoyan la igualdad de género deben enfrentar las dificultades de ir en contra de las normas sociales que prevalecen.
Dentro de los resultados se recalcó que los estereotipos de género y sus consecuencias no sólo perjudican a las niñas y mujeres, también le hacen daño a los hombres y niños.
Los conceptos de masculinidad “tradicional” los obliga a comportarse en formas en que pueden sentirse incómodos, y los dividendos de la igualdad de género serán disfrutados por todos los niños y las comunidades.
En cuando a las relaciones familiares, se reconoció que los padres jóvenes en particular, necesitan apoyo para participar de las labores domésticas y del cuidado de los niños; y tomar mayores responsabilidades para ayudar a las madres cuando son adolescentes.
“Los hombres también reconocieron estar afectados por los roles rígidos de género. Sin embargo el compartir el poder puede ser “empoderante” para todos: no una disminución de la masculinidad, sino una mejora”, resaltaron.
Los primeros años de vida son una vía para retar los estereotipos de género que refuerzan el machismo y mantienen a las mujeres sin poder en la familia y en la sociedad.