Lic. Jordi Veras.
(y II)Tal como finalicé el artículo de la semana pasada, narraré brevemente, por cuestión de espacio y citaré una misiva recibida, a propósito de mi experiencia en el Ayuntamiento de nuestra hidalga. Hablando con el señor De la Rosa, le expliqué que la motivación era ver si era posible que la parte de la estructura del parque fuera arreglada, porque estaba totalmente deteriorada. Fue cuando me sugiere que debo ir a Obras Públicas del cabildo, que era la dependencia encargada de esto y de ofrecer la última palabra. En esto duré cerca de tres meses, entre llamadas y visitas al despacho del insigne titular de la misma. No entendía por qué era tanta dificultad y burocracia. Sin embargo, el deseo de munícipe me mantenía, sin saber que al final, primaría el criterio personalizado de una persona y no lo institucional. Había acordado con el Ingeniero Irving Vargas, a quien tan sólo conocía por referencia de los medios, de que ya no entraría dicha obra en el presupuesto participativo de este año, pero que podría ser para el que viene, o sea para el 2012, pero que se le haría una remoción menor al parque, así como el bacheo de la cancha.Todo quedó en palabras. Al mismo tiempo que hacía estas diligencias, realizaba lo mismo ante el Departamento de Deportes, sin saber quién era su titular, y buscando que la cancha, que está en malas condiciones su pavimento y su entorno, pudiera ser remozada. Es cuando me entero que el Ingeniero Angel Acosta era quien lo dirigía. Puso sus mejores esfuerzos y el de sus asistentes para resolver cada problema. Todo se obstaculizó, por lo que dije más arriba, cuando lo del bacheo, que no dependía de ese departamento, sino de Obras Públicas, se convirtió en una travesía, así como la pequeña remoción que se había acordado, al fin y al cabo, se asumió la postura irreflexiva de quien maneja ese departamento de Obras Públicas Municipales, de tanta influencia. Todo cuanto he explicado se deja entrever por sí sólo, con la misiva que recibí, del estimado ingeniero Angel Acosta, que a pesar de sus buenos deseos y del de todo el que puso su empeño, no hubo forma de darle continuidad ni terminación a lo pactado. En los funcionarios, electos, designados o de carrera, antes que capacidad, deben estar rodeados de cierta humildad y actitud de servicio, elementos muy escasos en nuestro país. Paso a citar parte de la carta:“Santiago de los Caballeros, Stgo., R.D.Septiembre 26, 2011”. “LicenciadoJORDY VERAS”. “Distinguido Dirigente Comunitario y Amigo”: “Sirva la presente para saludarle, a la vez que aprovecho para presentar, por su intermedio, LA CORRESPONDIENTE DISPENSA a la Junta de Vecinos y a la Comisión de la misma que nos visitará a principios de año solicitándonos reparar la cancha municipal que sirve a la comunidad”. “Tal solicitud consistía en gestionar la aplicación de una capa mínima de asfalto y proceder a pintar la Cancha”. “La razón de la dispensa es que nos ha comunicado, el Secretario de Asuntos de Urbanismo, la imposibilidad de reparar tal instalación”. “Vargas, quien fue instruido para hacer el levantamiento y experticio (sic) de las necesidades, y que, junto a nuestro equipo técnico realizó varios descensos a la instalación, a los fines, fotos adjunto”. “Finalmente después de varias excusas, las que íntegramente te he transmitido, el pasado jueves, Vargas, me comunicó: “que tal inversión resulta no prioritaria si no hay una comunidad que posteriormente a su materialización la usufructúe y le de seguimiento, concepto que no comparto como dirigente deportivo, pero la respeto”. “Me siento muy apenado por haberles hecho perder su apreciable tiempo durante estos meses con sus reiteradas visitas a este Ayuntamiento, además porque sé que en la voluntad del Alcalde Gilberto Serulle, desde que conoció de la referida solicitud y estuvo la decisión manifiesta que resolver tal compromiso, que por mi intermedio había asumido”. Para cuando estaba investigando con el Departamento de Planificación del Ayuntamiento, dirigido por el afable y académico, Víctor Brens, sobre las actuaciones que debían conllevarse para adecuarse a los requerimientos solicitados por Obras Públicas Municipales, llegó como balde de agua fría, esta respuesta ya citada más arriba, de este último departamento, sin sentido, apresurada, informal y sin siquiera comunicarnos nada, como si todo el tiempo y el interés mostrado, no hubiesen sido suficientes. Que si tuve conocimiento más luego, fue porque de viva voz, primero y luego por la carta ya citada, que cortésmente me comunicó, el ingeniero Angel Acosta y que aparece ya citada. Todo cuanto he narrado, es con la intención de que ningún otro munícipe o ciudadano de Santiago, tenga la necesidad de pasar por esta situación. Y menos que se quiera empañar una gestión por la actitud incorrecta de un funcionario o porque su actitud no se corresponda con la de un real servidor público. Ojalá que todo esto sea recibido para corregir errores, como hacen los sabios y no como los insensatos y necios, que todo lo ven en función de críticas negativas y de ataques y no lo asumen para crecer como seres humanos y como funcionarios. Agradezco de antemano, la buena voluntad que tuvo el actual alcalde para con la intención desinteresada de mi parte, de acuerdo a lo que me indicó el Ing. Angel Acosta, así como para éste último.