Puedo considerar que fui un crítico acervo de la administración anterior, no de la persona, si de las actuaciones. Con esto aclaro, que no tengo ni me anida nada personal, ni contra el actual ni contra el pasado alcalde. Mis críticas van enmarcadas en el interés de que, si no las conoce, las sepa y si ya está enterado que las verifique y de forma responsable uno hace un aporte. Pero Las exigencias no van siendo hechas desde el plano individual ni político. O sea, mi preocupación es la que veo, percibo, siento y padezco como persona, pero que también, la que afecta a la colectividad. Es peligroso que un candidato o un partido no puedan suplir ni llenar las expectativas que ha generado o ha cultivado, porque si ese mismo actor político desea realizar en un futuro su continuidad en su carrera política, le será difícil vencer esa apatía que generó. Y creo que esto puede estar sucediendo demasiado temprano con el actual alcalde. La derrota que tuvo el pasado regente de la administración edilicia fue fruto de muchos errores cometidos, no sólo por situaciones no aclaradas desde el punto de vista de la corrupción, sino, que alguno de sus más allegados colaboradores y funcionarios con Secretarías y carteras importantes, le hicieron mucho daño, ya fuere por su actitud ante la gente, arrogancia, petulancia, selectividad en resolver los problemas a unos pocos y no a la colectividad y se creyeron que estaban por encima del bien y del mal. En pocas palabras, se le fue el cargo a la cabeza. Además, que descuidó ya en sus postrimerías, muchas situaciones importantes, como la basura y el arreglo de calles. Esto también debe evitar el actual alcalde que le ocurra y más iniciando una gestión que apenas tiene año y seis meses. El munícipe de Santiago que le dio el voto al actual alcalde deseaba menos escándalos, menos petulancia de quienes ejercen funciones, menos incapacidad y mayor atención a los reclamos y promesas incumplidas de años. Si bien es cierto que la actual alcaldía, se le pueden nombrar logros realizados y obras conllevadas o continuadas de la administración anterior. Como también se reconocen personas que en sus funciones están conllevando, hasta donde le permiten los recursos y la interacción directa con el alcalde, tenemos el caso del Secretario de Deporte, Angel Acosta, es posible que haya intención y buen deseo, pero sin recursos y dependiendo de la palabra de otro, es imposible. Esta el caso de Víctor Brens, de Planificación y su eficiente asistente Leivan Díaz. O sea que, no podemos decir que no haya buenas voluntades que se puedan nombrar. Sin embargo, existen renglones o situaciones donde aparenta que existe una especie de desconexión o algo desorden para ejecutar las obras, trabajos u órdenes de la cabeza hacia los pies. Esto es, que es posible que haya la intención por quien maneja las Secretarías que hemos mencionado, sin embargo, o lo burocrático o lo que le llega al alcalde y al Consejo, no es acogido o al fin y al cabo se pierde el tiempo y se diluye lo planificado en palabras. Es por lo anterior, que se le ha dicho una y otra vez a los munícipes de Santiago, que las condiciones de las calles, al menos en su bacheo, se le comenzará su solución, sin embargo, no es un secreto para nadie que transite por las vías de la hidalga, del deterioro avanzado y en calamidad que se encuentran, no sólo las urbanizaciones y los barrios, sino las avenidas. Sin embargo, usted se dirige a obras públicas municipales, ante el Ing. Irving Vargas, si tiene el buen tino de encontrarlo, o de que tenga el interés de resolver el problema o de que ese día no amanezca con el cargo en la cabeza. O de que su eficiente y laboriosa asistente, Jessica, lo pueda ubicar y hacerle una cita; entonces le mencionará que el problema principal son las lluvias o que ya está destinado un presupuesto para ello. El actual alcalde debe cuidarse de funcionarios, altos y medios, que no aprenden de los errores del pasado o a los cuales, por su actitud prepotente, los cargos le quedan grandes y no lo contrario. Debe evitar que se mantengan la percepción de que se inician diversas construcciones, pero no existe una planificación de finalizarlas, entonces tenemos muchas obras iniciadas y pocas terminadas. El actual alcalde, debe hacer un alto en el camino y analizar qué está sucediendo y el por qué se tiene la idea de que existen áreas que no se está realizando el trabajo esperado y lo peor como dije, es peligroso para un político que la percepción se lo trague, porque no ha llenado el cometido que generó. El actual alcalde debe rodearse de los hombres y mujeres que real y efectivamente tengan el buen deseo y la voluntad de trabajar, capacidad, honestidad, ninguna desesperación económica y cierta conciencia de humildad para tratar con la gente. Que sus actuaciones estén por encima de sus cargos y no que el cargo le quede grande al funcionario. En una próxima entrega narraré mi experiencia como munícipe, precisamente ante la dependencia de obras públicas municipales y la respuesta recibida.