Por Agencia Reforma.
Su vida no ha sido fácil. A los 13 años, Espinoza Paz perdió a una de las personas que más fe, amor y confianza ha tenido en él: su madre, la señora María de la Paz Espinoza, quien siempre lo impulsó para que cumpliera el sueño de ser cantante, a pesar de las críticas de la gente. Hoy es uno de los cantautores más reconocidos por el gremio musical en México y Estados Unidos.
“A todos nos cuesta llegar a donde queremos. Cuando nuestros sueños son claros, los buscamos, los seguimos y nos cuesta mucho trabajo; en cualquier ramo, no nada más en la artisteada. Todos tenemos una gran historia detrás de nosotros”, confesó Espinoza Paz, quien trabajó en la pizca de tomate en campos de California y como jardinero en Oregon.
Isidro Chávez Espinoza, su nombre real, no se avergüenza de su historia, al contrario, está orgulloso que pese a las burlas y la poca confianza que tenían en su sueño de ser artista, hoy pueda ser inspiración para la gente que busca lo mismo que él.
“Yo no estudié secundaria; duré unos meses en primero de secundaria y después me salí. Me fui a trabajar a Estados Unidos y un día a los 16, 17 años desperté queriendo ser artista, y empecé a soñar”, compartió el coach de La Voz… México.
“Me burlaron mucho, la gente me decía que no cantaba, que no componía; obviamente a mí nunca me importó lo que pensaran los demás, yo siempre estuve bien plantado en mis sueños y dije ‘yo voy a hacer mi sueño realidad, no me importa nada más que eso’”.
El autor de “El próximo viernes”, “Lo intentamos” y “Así o más” recuerda cuando no era bien recibido en el rancho donde vivía, por sus vecinos e incluso hasta por su propia familia.
“Cuando estaba en mi rancho yo fui muy atacado. Fuimos una familia de las que nunca invitaban a las fiestas. Era el que llegaba a la bolita y se iban. Era del que llegaba la vecina y le decía a mi abuela que yo le iba a robar su parcela, que no me dejara vivir con ella y que no me diera comida; mis propios tíos me decían que no fuera con mi abuela, que ya me fuera”, externó.
Todo ésto ya no le duele. Cuenta “El cantautor del pueblo” que se hizo inmune a todos los malos momentos y prefiere enfocarse en su meta principal: ser feliz, hacer lo que ama y seguir escribiendo canciones para la gente.
“Yo me curé de todo eso y te juro, aunque no me lo creas, cuando dicen un mal comentario de mí, no me duele, porque cuando tú sabes quién eres como ser humano y cuando conoces bien tu personalidad, nadie te puede dañar”, aseguró.
“Lo de naco, que dijeron en la televisión (Daniel Bisogno, en Ventaneando), que yo no lo vi, pero mucha gente en el Twitter me dijo y se calentó, y yo ‘nombre, los nacos también tenemos derecho a triunfar, a cumplir nuestros sueños y a ser respetados’”.
Valora sus logros
“Independientemente de las críticas y de lo que se opine de mí en Azteca, yo les agradezco demasiado la oportunidad que me dieron de estar en La Academia, darme ese lugar tan especial como padrino de la generación. Eso me sirvió como no te imaginas, porque me dio a conocer”, afirmó Espinoza Paz, quien apadrinó La Academia Bicentenario.
Los reconocimientos, nominaciones y codearse con gente como Juanes, Alejandro Sanz, Thalía, Paulina Rubio y Lucero, además del éxito y la fama, son cosas que valora, pero confiesa que extraña esos días de tranquilidad en su rancho.
“He sacrificado mi pueblo, que me gusta mucho, está en Campo General Angostura, en Sinaloa. La compañía de mi abuela y mi familia que no los veo; los veo cada dos o tres meses y bien poquito. (Extraño) el ruido de los árboles, de los pájaros y la comida, pero todo eso se compensa con los aplausos y el cariño de la gente”.
Su mayor adoración
Aunque es celoso de su vida personal, Espinoza Paz confesó que su hijo, que se llama igual que él, es su mayor adoración.
“Yo creo que Dios es perfecto y llegó en el momento más indicado, porque tenerlo ahorita, en esta etapa de mi vida, donde estoy triunfando y haciendo mi sueño hecho realidad, es como ubicarte y decir ‘tengo algo más por el qué vivir, algo más por el qué cuidarme, algo más por el cuál no alocarme, alguien más por el cual regresar a mi casa o a mi pueblo y alguien más por quien vivir’. Es lo mejor que me ha pasado”, expresó el cantante de 29 años.
“A todos nos cuesta llegar a donde queremos. Cuando nuestros sueños son claros, los buscamos, los seguimos y nos cuesta mucho trabajo; en cualquier ramo, no nada más en la artisteada. Todos tenemos una gran historia detrás de nosotros”, confesó Espinoza Paz, quien trabajó en la pizca de tomate en campos de California y como jardinero en Oregon.
Isidro Chávez Espinoza, su nombre real, no se avergüenza de su historia, al contrario, está orgulloso que pese a las burlas y la poca confianza que tenían en su sueño de ser artista, hoy pueda ser inspiración para la gente que busca lo mismo que él.
“Yo no estudié secundaria; duré unos meses en primero de secundaria y después me salí. Me fui a trabajar a Estados Unidos y un día a los 16, 17 años desperté queriendo ser artista, y empecé a soñar”, compartió el coach de La Voz… México.
“Me burlaron mucho, la gente me decía que no cantaba, que no componía; obviamente a mí nunca me importó lo que pensaran los demás, yo siempre estuve bien plantado en mis sueños y dije ‘yo voy a hacer mi sueño realidad, no me importa nada más que eso’”.
El autor de “El próximo viernes”, “Lo intentamos” y “Así o más” recuerda cuando no era bien recibido en el rancho donde vivía, por sus vecinos e incluso hasta por su propia familia.
“Cuando estaba en mi rancho yo fui muy atacado. Fuimos una familia de las que nunca invitaban a las fiestas. Era el que llegaba a la bolita y se iban. Era del que llegaba la vecina y le decía a mi abuela que yo le iba a robar su parcela, que no me dejara vivir con ella y que no me diera comida; mis propios tíos me decían que no fuera con mi abuela, que ya me fuera”, externó.
Todo ésto ya no le duele. Cuenta “El cantautor del pueblo” que se hizo inmune a todos los malos momentos y prefiere enfocarse en su meta principal: ser feliz, hacer lo que ama y seguir escribiendo canciones para la gente.
“Yo me curé de todo eso y te juro, aunque no me lo creas, cuando dicen un mal comentario de mí, no me duele, porque cuando tú sabes quién eres como ser humano y cuando conoces bien tu personalidad, nadie te puede dañar”, aseguró.
“Lo de naco, que dijeron en la televisión (Daniel Bisogno, en Ventaneando), que yo no lo vi, pero mucha gente en el Twitter me dijo y se calentó, y yo ‘nombre, los nacos también tenemos derecho a triunfar, a cumplir nuestros sueños y a ser respetados’”.
Valora sus logros
“Independientemente de las críticas y de lo que se opine de mí en Azteca, yo les agradezco demasiado la oportunidad que me dieron de estar en La Academia, darme ese lugar tan especial como padrino de la generación. Eso me sirvió como no te imaginas, porque me dio a conocer”, afirmó Espinoza Paz, quien apadrinó La Academia Bicentenario.
Los reconocimientos, nominaciones y codearse con gente como Juanes, Alejandro Sanz, Thalía, Paulina Rubio y Lucero, además del éxito y la fama, son cosas que valora, pero confiesa que extraña esos días de tranquilidad en su rancho.
“He sacrificado mi pueblo, que me gusta mucho, está en Campo General Angostura, en Sinaloa. La compañía de mi abuela y mi familia que no los veo; los veo cada dos o tres meses y bien poquito. (Extraño) el ruido de los árboles, de los pájaros y la comida, pero todo eso se compensa con los aplausos y el cariño de la gente”.
Su mayor adoración
Aunque es celoso de su vida personal, Espinoza Paz confesó que su hijo, que se llama igual que él, es su mayor adoración.
“Yo creo que Dios es perfecto y llegó en el momento más indicado, porque tenerlo ahorita, en esta etapa de mi vida, donde estoy triunfando y haciendo mi sueño hecho realidad, es como ubicarte y decir ‘tengo algo más por el qué vivir, algo más por el qué cuidarme, algo más por el cuál no alocarme, alguien más por el cual regresar a mi casa o a mi pueblo y alguien más por quien vivir’. Es lo mejor que me ha pasado”, expresó el cantante de 29 años.