Julio Vasquez.

Radio Renacer

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miércoles, 31 de agosto de 2011

“Trabajar como maestro fue un gran honor”


Los poemas, canciones, cuentos, poesías, literatura, pintura y otras manifestaciones artísticas llamaron la atención de Freddy Ginebra desde temprana edad. Esta pasión fue el motor que lo impulsó a participar de manera voluntaria en el grupo de teatro del colegio La Salle.

También llegó a organizar veladas en las azoteas de algunas casas en su vencindario.

Don Freddy, como muchos le llaman con cariño, cuenta que en cualquier sitio que encontraba un cubrecama mal puesto, lo tomaba como telón y se inventaba unos títeres con las manos y recitaba poesías.

Con apenas 19 años, este inquieto creativo, sin tener la menor idea de lo que era la televisión, empieza junto a un grupo de jóvenes un programa en vivo llamado Cita con la Juventud, en el año 1963. Inicialmente estudió Derecho y luego de graduarse decidió estudiar Publicidad y Televisión en New York University, que era lo que realmente le apasionaba. Se ha desempeñado en diferentes áreas, pero hoy en día es considerado el alma de Casa de Teatro.

Un gran susto

Travesura de muchachos
Aún recuerdo la pela que me dieron

Siendo niño jugaba a detectives y bandidos y había visto cómo un hombre colgaba de una soga a un ladrón. Vivía en New York con mi abuela y cada sábado podía bajar del apartamento y jugar con un vecino. Claro, él era siempre el bandido y quise ensayar esa escena. Lo subí a un cajón, puse una cuerda y le amarré el cuello. Me llevé un gran susto cuando lo vi ponerse rojo.

1.- Mi Niñez
Niño mimado
Fui un niño consentido y muy querido, aunque muy travieso e inquieto. Viví con una abuela que hizo de mi vida un canto a la alegría y tuve unos padres maravillosos que se desvivían por darme lo mejor. Sin dudas los años de mi infancia los considero como uno de mis mayores tesoros. Es una etapa inolvidable.

2.- Mis Estudios
Un hijo obediente
Mi papá quería un abogado en la familia y lo complací dándole un título de doctor en Derecho. Se lo regalé cuando me gradué y comencé a estudiar lo que quería: publicidad y televisión. Soñaba ser periodista o artista, y la vida me ha dado la oportunidad de completar mis sueños

3.- Mi graduación
Un acontecimiento
Mi graduación de bachiller fue todo un acontecimiento. No sabía lo que me esperaba. Comencé a trabajar como maestro a los 17 años y ya nunca más me detuve; luego aprendí que todo lo que valía la pena y me gustaba me iba a costar mucho trabajo. No me arrepiento, he vivido muy intensamente.

4.- Casa de Teatro
Un reto apasionante
El camino lo he hecho al andar como dice el poeta Machado. Me planifico poco, enfrento cada día a la vez y Casa de Teatro ha sido uno de los retos más apasionantes de mi vida. Esa casa es una pasión, una fuente de vida, un pequeño aporte a la sociedad en que vivo.

5.- Un reconocimiento
Los frutos
Los recibo cada día en cada sonrisa que me devuelven. ¿Acaso puedo pedir más? Trato de sembrar buena voluntad y eso cosecho, además, en cada abrazo vivo a plenitud lo maravilloso que tiene cada ser humano. He descubierto el milagro de los abrazos, ¡Ay si todos supieran!!!

6.- Me enamoré
La ilusión
Es parte del existir. Hoy tengo una compañera de 42 años que me ha salido de lo más buena. Pero debo confesar que me enamoro todos los días de la vida, de la belleza de un atardecer, de cientos de causas nobles. Soy un fanático del amor.

7.- Nacimiento de mis hijos
Un gran compromiso
Marcaron un antes y un después. Un hijo es un compromiso serio. Educarlos y verlos crecer sanos es una obligación. Ese compromiso hubiera sido fallido si no hubiera contado con una esposa como la que tengo. Ella es la espina dorsal y la base sólida de nuestra casa y nuestra familia.

8.- La llegada de mis Nietos
Un regalo de Dios
Lo más grande, nunca pensé que se pudieran querer tanto. El regalo que Dios nos da cuando ya no tenemos tantas fuerzas. Los más consentidos, hacen lo que nunca hubiera permitido hacer a mis hijos. Mi familia, mis hijos y mis nietos son mi mayor tesoro, el mejor regalo que me ha dado la vida.

9.- Mi primer empleo
Un privilegio
Me hice maestro a la fuerza y por necesidad. Ha sido un privilegio el haber tenido en mis manos un grupo de niños; primero en el 5to curso en La Salle y luego adolescentes en el 2do de bachillerato. Ellos nunca sabrán cuánto les debo. Si no hubiera sido gozador de la vida, esa hubiera sido mi profesión.

10.- Hablar en público
Un legado
Como hablo todos los días en la casa que dirijo, lo hago como si le hablara a un amigo, y entonces es fácil. Trato siempre de dejar caer algo positivo que dibuje una sonrisa. No me gusta la tristeza para nada y si puedo aportar con mis palabras, pues asumo el compromiso.