Julio Vasquez.

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jueves, 11 de agosto de 2011

“Soy otro José Valverde”


El primer rescate de José Valverde en 2011 no fue con el uniforme de Detroit ni en un terreno de juego. Sucedió en su casa en la República Dominicana en unas terapias especiales que le ayudaron a dar un cambio positivo en su vida.

El criollo disfruta de un éxito insospechado en la actual campaña, gracias a un enfoque diferente desde que se despierta hasta que concluye sus labores como cerrador de los Tigres.

“Ahora soy otro Valverde, un José Valverde más maduro, más sabio y más concentrado”, dice el relevista derecho a El Caribe por la vía telefónica desde su residencia en Detroit. “He dejado muchos hábitos en el pasado y eso me ha ayudado bastante”, agrega.

Al comienzo de la jornada de anoche, Valverde llevaba 32 salvados en igual cantidad de oportunidades, empatado para la mejor marca del conjunto con el boricua Guillermo “Willie” Hernández, quien lo hizo en 1984, cuando fue el ganador del Cy Young y del premio al Más Valioso de la Liga Americana. Su foja es de 2-3 con un promedio de carreras limpias de 2.92.

“Yo trabajé mucho con un doctor allá (República Dominicana) que me ayudó a concentrarme por completo en lo que debo de hacer sin tener que presionarme tanto como antes me sucedía”, explica el locuaz lanzador.

Valverde tenía por norma no hablar con nadie desde que transcurría el primer episodio de cada juego mientras llevaba una serie de rituales que ahora pertenecen al olvido.

“Ahora hablo con todos mis compañeros, no importa. Hacía muchas cosas que me vivían presionando y no me daba cuenta”, añade el nativo de San Pedro de Macorís. “Vivía pensando en el juego del día desde que me levantaba, pensando en los vídeos, en los bateadores, todo eso estaba en mi cabeza el día completo y no me ayudaba”, expone.

José se reservó el nombre del especialista que le motivó a dar el cambio, pero valora mucho sus aportes.

“Ahora mismo lo mío es la concentración. Esa es la clave de mi éxito. Ya no le pongo atención a lo que dicen los fanáticos ni otras personas ni me perturba una base por bolas o un error. Pase lo que pasa, sigo pensando en mi trabajo. Eso lo trabajamos mucho y gracias a Dios me ha dado resultados”, indica el líder en salvamentos de la Liga Americana.

Menos ponches, pero más efectivo

Sin el partido de anoche, Valverde presentaba 45 ponches con 26 transferencias, una relación que no cautiva dentro de las exigencias de las Mayores, aunque eso es lo que menos le preocupa.

“Antes me encantaba ponchar a todo el mundo, pero estamos en la Liga Americana y aquí los bateadores se ajustan a ti con facilidad. Es una liga que se batea y por eso he hecho mis ajustes para sacar los outs. ¿Para qué complicarme con un ponche si se puede lograr un rodado que puede servir para doble matanza? Es mejor así”, manifiesta.

El dominicano, cuyo salario en 2011 es de siete millones de dólares, tiene una receta diferente para los bateadores.

“La pasada campaña utilicé mucho el splitter (recta de dedos separados), pero ahora uso más el cutter (recta cortada) y el sinker (recta de dos costuras). Así consigo que me bateen más por el suelo. La inteligencia es lo que cuenta”, dice.

Eso no quiere decir que Valverde perdió toda la potencia en su brazo. “Si tengo que intimidar a un bateador, le pongo la recta a 95, 96 o 97, eso no es problema, pero no todo puede ser a base de fuerza. A veces te la devuelven con esa misma velocidad”, agrega José.