El gobierno estadounidense anunció este miércoles que reducirá los tiempos de
espera para sus ciudadanos que tengan lazos familiares directos con inmigrantes
indocumentados que deben salir del país para regularizar su situación.
Actualmente los indocumentados que están casados con un/una estadounidense, o que son padres de un menor nacido en dicho país, deben salir de Estados Unidos para pedir una cita en un consulado estadounidense en su país de origen.
Esa cita puede tardar a veces hasta un año, durante el cual el indocumentado no puede volver a Estados Unidos, y por lo tanto está separado de su familia.
Con esta nueva norma publicada por el Departamento de Seguridad Interna, y que será aplicada a partir del 4 de marzo, esos indocumentados podrán esperar en Estados Unidos a que se les confirme la cita consular en su país de origen, si demuestran que su ausencia causaría "grandes privaciones" a su familia.
Si su caso es aprobado por las autoridades de migración, el indocumentado que reúna las condiciones exigidas podrá viajar a su país de origen para pasar directamente la entrevista en el consulado estadounidense, sin más dilación.
La reglamentación fue inicialmente aprobada en abril del año pasado, pero fue abierta a sugerencias públicas.
"Esta reglamentación facilita el proceso legal de inmigración y reduce el tiempo por el cual los ciudadanos estadounidenses están separados de sus familiares directos", explicó el comunicado de prensa del DHS.
En Estados Unidos viven aproximadamente 11,6 millones de indocumentados.
El DHS no posee cifras exactas de cuántos están casados o tienen hijos nacidos en el país, ni cuántos podrían acogerse a esta nueva medida, pero el centro Pew Hispanic calculó en un informe hace un año que unos 4,7 millones de inmigrantes sin papeles tienen hijos menores en Estados Unidos.
Esta medida se añade a varias decisiones del gobierno de Barack Obama para aliviar la situación de millones de indocumentados, particularmente los jóvenes y menores, mientras prepara una iniciativa legislativa para lograr una reforma migratoria integral.
Actualmente los indocumentados que están casados con un/una estadounidense, o que son padres de un menor nacido en dicho país, deben salir de Estados Unidos para pedir una cita en un consulado estadounidense en su país de origen.
Esa cita puede tardar a veces hasta un año, durante el cual el indocumentado no puede volver a Estados Unidos, y por lo tanto está separado de su familia.
Con esta nueva norma publicada por el Departamento de Seguridad Interna, y que será aplicada a partir del 4 de marzo, esos indocumentados podrán esperar en Estados Unidos a que se les confirme la cita consular en su país de origen, si demuestran que su ausencia causaría "grandes privaciones" a su familia.
Si su caso es aprobado por las autoridades de migración, el indocumentado que reúna las condiciones exigidas podrá viajar a su país de origen para pasar directamente la entrevista en el consulado estadounidense, sin más dilación.
La reglamentación fue inicialmente aprobada en abril del año pasado, pero fue abierta a sugerencias públicas.
"Esta reglamentación facilita el proceso legal de inmigración y reduce el tiempo por el cual los ciudadanos estadounidenses están separados de sus familiares directos", explicó el comunicado de prensa del DHS.
En Estados Unidos viven aproximadamente 11,6 millones de indocumentados.
El DHS no posee cifras exactas de cuántos están casados o tienen hijos nacidos en el país, ni cuántos podrían acogerse a esta nueva medida, pero el centro Pew Hispanic calculó en un informe hace un año que unos 4,7 millones de inmigrantes sin papeles tienen hijos menores en Estados Unidos.
Esta medida se añade a varias decisiones del gobierno de Barack Obama para aliviar la situación de millones de indocumentados, particularmente los jóvenes y menores, mientras prepara una iniciativa legislativa para lograr una reforma migratoria integral.