¡Cómo si fuera tan fácil no?... Esta es una expresión que se usa al inicio de un nuevo año, pero, ¿estamos dispuestos a darle un cambio a nuestra vida? e iniciar un nuevo modo de pensar y de comportarnos, asumiendo actitudes constructivas con nosotros mismos y con los que nos rodean, sobre todo los más cercanos, familiares, amigos y compañeros de trabajo; la respuesta la tiene usted, porque me imagino que sabe ¿qué es lo que está haciendo con su vida y cuáles son sus proyectos a corto, mediano y largo plazo?.
Dice el Eclesiastés en el capítulo 3, versículos 1-8, “Hay un tiempo para todo. Tiempo para nacer y tiempo para morir, para destruir y para construir, un tiempo para odiar y otro para amar… hoy nos vamos a detener sobre el tiempo para amar, porque sólo el amor nos ofrece una vida nueva y renovada.
Para iniciar una nueva vida tenemos 357 días, porque ya han pasado 8 de este año nuevo. Estos 357 días son una hoja en blanco, en la que cada uno va a escribir poemas, cuentos, aventuras, relatos, episodios, tragedias o ficción, usted elige, porque está en nuestras manos hacer de estos días que nos regala el Señor, lo que nosotros realmente queremos ser como seres humanos y por supuesto, como cristianos; con una visión del mundo diferente, porque creemos en la dignidad común que tenemos todas las personas hijas muy amadas de Dios, y además porque soñamos y trabajamos por una sociedad siempre mejor, donde reine el respeto, la paz, la tolerancia, la educación, la salud, la fraternidad, la convivencia, la justicia, la solidaridad y todos los valores en los que creemos y por los que luchamos y ofrecemos nuestros esfuerzos cotidianos.
No dejemos que los días se vayan, que pasen sin darnos cuenta, vivamos cada uno de ellos con un proyecto, con una perspectiva, con un ideal, con un propósito, porque una vida sin propósito resulta vacía; tanto para nosotros como para los que nos rodean y además, nos va deprimiendo, estresando y enfermando.
La decisión está en sus manos. Somos dueños de nuestro presente y futuro, claro, que con la ayuda de Dios y nuestros dones, ¡imagínense lo que podemos hacer!, no sólo cambiar nuestra vida personal y familiar, incluso la comunidad, el vecindario, el ambiente laboral y nuestro entorno social, ¡claro que podemos!, es cuestión de voluntad y decisión.
Estoy muy contenta por los procesos que hemos iniciado en nuestro país, con la elaboración de la Constitución Dominicana Infantil y el proyecto de una educación para la paz, esa campaña tan bonita que están haciendo sobre la higiene y la limpieza de nuestra ciudad, la campaña de alfabetización de nuestros hermanos que no saben leer ni escribir, y tantos otros proyectos que están germinando en nuestra tierra querida. ¡Unámonos! en la unión está la fuerza renovadora y trasformadora para una mejor calidad de vida en paz, limpia, educada, sin violencia, más segura, sin ruido y equilibrada.
Hna Alicia Galíndez
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