Julio Vasquez.

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miércoles, 19 de febrero de 2014

Frank Reyes acude a Fiscalía de Bonao.

 

 

El bachatero Frank Reyes se presentó ayer de manera voluntaria ante autoridades judiciales de Bonao y fue interrogado durante más de tres horas por el magistrado procurador fiscal José Luis Farías Mosquea y la fiscal de la Unidad de Género, Arelis Peña.
La presencia del bachatero la tarde-noche del martes se registró luego de que la señora Marlen Santos Roja retirara la querella en la que acusaba al artista de supuesta agresión sexual a su hija, menor de edad.
El artista estaba acompañado de sus abogados y un amigo, quien se identificó como Adolfo Pérez. Él alegó conocer al cantante por más de 20 años. Lo definió como un hombre íntegro e incapaz de cometer el delito por el cual fue acusado.
A su salida del despacho de Farías Mosquea, el cantante habló poco a la prensa, anunciando que ofrecerá una rueda de prensa en los próximos días.
Sorprendido de acusación
El artista dijo que desconoce las razones por las cuales fue acusado “de semejante delito” y aseguró que es un hombre que ama a su patria, a su familia y a sus seguidores, pero que ante todo tiene hijas.
“Se me tiene prohibido hablar a la prensa, sin embargo lo hago por el respeto que siento por ustedes. Agradezco que mi público crea en mí. Les aseguro que los respeto y sería incapaz de semejante delito”, manifestó a los periodistas.
El intérprete aseguró que su presencia fue a solicitud del Ministerio Público y que se estaría presentando las veces que fuera necesario.
Respecto al retiro de la querella dijo que a su debido momento se va a referir al tema y lo mismo repitió cuando se le habló sobre comentarios que circularon ayer sobre un supuesto acuerdo entre él y la señora.
De su lado, el magistrado procurador fiscal dijo que el Ministerio Público está en la obligación de darle seguimiento a todos los casos de denuncias de este tipo que lleguen a su despacho sin importar que la querella haya sido dejada sin efecto.
El interrogatorio se desarrolló con hermetismo, a puertas cerradas. La prensa no tuvo acceso y en principio los agentes asignados a la institución negaban que el artista estuviera en el lugar.