Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Caracoles!

Con motivo a la propuesta de traslado de los restos del Coronel Francisco Alberto Caamaño, han surgido diversas opiniones sobre la desaparición física del coronel de abril, por lo que quiero dar este pequeño testimonio para la historia, pero antes de mi relato quiero aclarar que nunca he estudiado la historia de Francisco Alberto, por lo que el testimonio que daré quizás puede que tenga errores o diferencias con algunos aspectos históricos expresados por personas que conocen bien el caso, aunque entiendo también que si algo yo conozco, tengo el derecho y el deber de darlo a conocer a la opinión pública.
El día primero de Marzo del año del año 1981 ingresé a las filas del Ejército Nacional, en la Dirección General de Entrenamiento Militar con asiento de San Isidro, detrás de la Academia Militar Batalla de las Carreras, pero para fines salarial salí efectivo el día 6 de Marzo del mismo año. Después de durar 8 meses en la fase de adiestramiento, la compañía a la que pertenecía fue trasladada completa al 13er. Batallón de infantería Cacique Enriquillo y, en la vida militar era muy poco lo que escuchaba hablar de Caamaño, excepto unos coros que se cantaban mientras hacíamos ejercicios corriendo a paso doble en formación de pelotones, donde un soldado cantaba fuera del pelotón y los demás respondían a coro de la siguiente manera: (Caamaño salió de Cuba), y el pelotón contestaba -eña eña eña- por la Playa Caracoles, eña eña eña, no sabiendo que en Constanza ,eña eña eña estaban los cazadores ,eña eña eña, y otro que decía: (Caamaño le dijo al mocho), eña eña eña, este brazo si me duele, eña eña eña, no sabiendo que era un tiro, eña eña eña, de un M-79 eña eña eña, así como otros mas que ya no recuerdo, luego salí de la institución unos diez años mas tarde.
Pero si mas no recuerdo, en el año 1982, fue publicado un libro, escrito por un ex militar que originó diversos comentarios y, además se procuraba encontrar los restos de Caamaño. En una ocasión que, conversaba con un Segundo Teniente de los denominados Guardia Viejo, (nombre que le es dado por haber llegado a la oficialidad comenzando desde alistado), cuyo nombre no recuerdo, éste me dijo que lo expresado en el citado libro no era correcto y que los restos de Caamaño nunca los encontrarían; acto seguido comenzó a decirme lo que él sabía sobre los momentos finales del Coronel Caamaño, ya que se encontraba en el lugar de los hechos al momento de su captura , y esto fue lo que me dijo:
Hubo un contacto con Caamaño y sus acompañantes y se produjo una balacera, y al cabo de un rato, cesaron los disparos, y las trapas regulares pensaron que se habían escapado, pero que, un combatiente que acompañaba a Caamaño, que le apodaban el mocho, resultó herido en una pierna que le impedía caminar para poder alejarse del lugar, y se quejaba mucho por el dolor que tenía, y que Caamaño, ante el temor de ser descubierto por las tropas regulares, por los quejidos que su compañero producía, decidió negociar su entrega a las Tropas Regulares; y es en esta circunstancias que el compañero de Caamaño delata su posición diciendo en alta voz, habla fulano de tal y estoy herido y deseo entregarme a cambio de que me garanticen la vida, pero puedo seguir peleando, así es que si no me garantizan la vida seguiré peleando hasta la muerte, entonces desde las tropas regulares le contestaron, o si como no, entregase que nosotros le garantizamos la vida, y es en estas circunstancias que el compañero de Caamaño se entrega, luego de su entrega, al ver el Coronel Caamaño que las Tropas Regulares recibieron a su compañero y no le dispararon, también decidió entregarse y dijo desde su posición donde estaba escondido, yo también estoy aquí, soy el Coronel Caamaño, y estoy en disposición de entregarme a cambio de que me garanticen la vida, en caso contrario me lo dicen, porque preferiría entonces pelear hasta la muerte, y desde las tropas regulares le contestaron, o si coronel le garantizamos la vida, entréguese se lo aseguramos, y es en esta circunstancias que Caamaño y su compañero caen en manos de las Tropas Regulares, posteriormente a su entrega vino una comisión de altos oficiales en un helicóptero, conversaron con los prisioneros y luego se marcharon y, horas después regresaron y dieron la orden de eliminarlos físicamente.
El guardia Viejo me dijo que la muerte del compañero del Caamaño se produjo de la siguiente manera: se le impartió instrucciones a un soldado de que lo ahorcara y que cuando el soldado fue a ponerle la soga o cuerda en el cuello estaba medio tembloroso y que el compañero de Caamaño le arrebató la cuerda y le dijo pasa cobarde y se la puso él mismo en el cuello, le paso los extremos de la cuerda y le dijo toma, aprieta ahora para que digas que mataste a un hombre, luego se preguntó en las tropas quien quería matar a Caamaño y un soldado dijo, comandante déjeme a mi matarlo, que me hizo coger una falta cuando estaba en las filas militares, y a seguidas me añadió el Guardia Viejo. ( Esto yo lo vi muy mal de parte de dicho soldado, porque un militar no puede guardar rencor hacia un superior por el hecho de que le imponga una sanción disciplinaria, porque esas son cosas de la disciplina militar), luego se organizó el fusilamiento de Caamaño, y que éste dijo, permítanme una palabra antes de mi muerte, y que un oficial le dijo, diga, y el coronel dijo (viva Santo Domingo de Guzmán libre) y acto seguido dijo dispare soldado, y así terminó la vida del coronel de Abril, luego a los restos se le hecho un garrafón de gasolina y los quemaron, y lo muy poco que quedó lo enterraron.
Autor: PEDRO BERROA