Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 13 de diciembre de 2012

Es tiempo de paz, derrotemos la adversidad en Navidad

Nuestra República Dominicana con su 48 mil km2 y su población, que con cifra imprecisa puede llegar a los 10 Millones de habitantes, vive momentos cruciales, que pueden ser enumerados como muestra de que existen importantes cuestiones que la sociedad dominicana debe afrontar como parte de una agenda nacional que espera en la hora convulsa sociedad dominicana que tiene forzosamente que acogerse a dicho riego del Ave Fénix que cada vez que caía, volvía a renacer de sus cenizas con nuevo y reluciente plumaje que era símbolo de la eterna esperanza del ser humano por lograr la paz y la felicidad.

En primer asunto de gran importancia que espera a nuestra nación en el 2013 es el resultado del paquetazo fiscal y las medidas compensatorias que ha tomado el presidente Danilo Medina, por primera vez en mucho tiempo el pueblo espera real y efectivamente de manera ansiosa un cambio en el ámbito de salud, educación, economía y trabajo.

Igualmente tenemos, como otro importante asunto en la agenda de nuestro futuro inmediato la transformación de una sociedad violenta y delictuosa a través de importante apoyo cultural y económico a la que debe ser nuestra prestigiosa Policía Nacional, que prevalezca en la vida cotidiana la cultura de la paz que desea cambios para que predomine tanto en los actos de la vida individual del Dominicano, así como el mejor sentido de la vida colectiva del proyecto pacifico de nación que todos anhelamos.

La República Dominicana por igual tiene que buscar un modelo económico social que abra las puertas al cambio económico como respuesta al modelo de línea dura y generador de miseria prevaleciente en nuestra sociedad.

El debate nacional debe ser modificado siempre en busca de la paz y el alivio de la situación que hemos vivido en estos años.

Pero a pesar de todo, no podemos dejar que el pesimismo nos frustre como nación en estos días, pese a todos, tenemos que vivir la navidad como un justo tiempo de paz.

Por Carlos Otero.