El P. José María Gil Tamayo, nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española, ha concedido hoy su primera rueda de prensa ante los medios de comunicación. El sacerdote y periodista se ha dirigido a los presentes asegurando que está a su servicio. Ha agradecido a los obispos la confianza que han depositado en él y ha remarcado que su función es transmitir precisamente lo que los pastores quieren decir a la sociedad. «Mi opinión no cuenta», ha asegurado. Al mismo tiempo, ha indicado que es necesario que el mensaje de la Iglesia sea ofrecido con transparencia, que es el mejor modo de luchar contra el rumor y los prejuicios.
El nuevo secretario general ha asegurado que conoce la realidad de la Conferencia Episcopal, debido a que trabajó en la misma durante los trece años que estuvo al frente de la secretaría de la comisión episcopal para los medios de comunicación social.
D. José María ha afirmado que su principal labor es servir a la Iglesia y las diócesis españolas. Ha reconocido la labor de sus antecesores en el cargo, cada uno de los cuales ha aportado su especificidad personal en dicho servicio.
El P. Gil Tamayo ha querido agradecer el apoyo recibido por el cardenal Rouco Varela tanto en su nueva etapa como en los años en que, por razones de los encargos recibidos por la Iglesia, estuvo residiendo en Madrid.
Igualmente a dado las gracias a las autoridades españolas y, sobre todo, muy especialmente a quienes desde la Santa Sede le han felicitado por su nombramiento, como ha sido el caso del cardenal Celli y el P. Lombardi.
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En el turno de preguntas de los periodistas, el sacerdote extremeño ha indicado que la costumbre de colocar etiquetas a los hombres de Iglesia es fruto de la pereza y de querer quedarse con el tópico. «No me siento condicionado por esquemas», ha afirmado, para añadir que cree en la transparencia informativa como medio de luchar contra el rumor y los prejuicios.Inquirido sobre si se considera llamado a promocionar un cambio en la Iglesia en España. D. José María ha respondido que está llamado a ser fiel a lo que los obispos decidan. Pero indicando a su vez, lógicamente, que los obispos miran a Roma con simpatía.
El Papa mira con buenos ojos a España
Ha reflexionado sobre el aire nuevo que supone el pontificado del papa Francisco y lo positivo que puede ser para la realidad española su empeño evangelizador como en su día lo fue el magisterio y la atención pastoral que el papa Benedicto XVI dedicó a este país con sus visitas apostólicas.«El Papa», ha asegurado el P. Gil Tamayo, «mira con buenos ojos a España», y ha recordado que el Santo Padre es de «nuestro ámbito cultural. Habla español cuando quiere expresarse» con exactitud. Y ello favorece una sintonía con los obispos y la gente, la cual le considera como «uno de nosotros. Se ha metido de verdad en el corazón de la gente».
Transmitir la buena nueva
Preguntado por supuestas críticas a la jerarquía española en el pasado y sobre si piensa cambiar la estrategia comunicativa seguirá por su inmediato antecesor en el cargo, Mons. Martínez Camino, en el sentido de suavizar discurso, el nuevo secretario general de los obispos españoles ha indicado que lleva solo dos días y no tiene diseñado un plan pero su objetivo es transmitir el evangelio de forma positiva.A nivel informativo, ha usado un símil tenístico asegurando que la Iglesia no tiene que ir detrás de donde le envían la pelota sino ser ella la que vaya por delante, estando al servicio y no al resto.
Hay que procurar, ha indicado, transmitir la voz de la Iglesia con transparencia y de forma cuidada. «El público ha asegurado», «es respetable no solo en los toros sino también en los medios». «La gente tiene derecho a ser bien informada», ha sentenciado. Y ello, ha añadido, se puede hacer con seriedad y buenas formas.
Refiriéndose a la Iglesia, ha recordado que es una institución que lleva veinte siglos anunciando una buena nueva. «No podemos ser profetas de calamidades», ha afirmado, resaltando que la Iglesia ha de ser un . bálsamo de la esperanza. Y para ello, ha concluido, «tenemos ejemplo en el Papa. Hemos de implementar y mejorar aquello a lo que él nos anima».
Eficacia ante todo
Ante la posibilidad de que modifique la estructura de la secretaría general con la creación de subsecretarías, el P. Gil Tamayo ha dicho que aunque no tiene una idea prefijada, en principio su idea no es multiplicar el organigrama. Considera que ante todo se tiene el «deber irrenunciable de la eficacia. Estamos llamados a ser eficaces». Cree que deben preocuparse de cómo está llegando a la sociedad la imagen de la Iglesia. El sacerdote aboga por que la Iglesia salga de las «páginas de sucesos» y ocupe en la sección de sociedad el espacio que le corresponde. En ese sentido ha recordado la prioridad que tiene la Iglesia por los más necesitados, por los pobres, a los que atiende cuando el resto los ha abandonado.En cuanto a la manera en que la Iglesia ha de dar su parecer a la sociedad, el secretario general ha asegurado que «no vamos a ser gente de sacristía» y que se transmitirá la opinión de la Iglesia desde el respeto exquisito a la libertad de los demás.