Julio Vasquez.

Radio Renacer

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jueves, 28 de noviembre de 2013

Necesidad de inculcar los valores morales

Hoy abordaremos otros cuatro valores humanos de elevada importancia para la vida individual y social. Como en los demás casos, la descripción será sucinta aunque tratando de captar la esencia de cada valor tratado. Hoy nos referiremos a la Audacia, el Coraje, el Autocontrol y la Delicadeza.
LA AUDACIA es osadía, intrepidez bien entendida, es atreverse a emprender lo difícil, es confianza en sí mismo, es la voz del arrojo que afirma que el riesgo es no arriesgarse y que anima a lanzarse al ruedo. La práctica de este valor entraña bizarría y busca el bien personal tanto como el social. La Audacia no es violencia ni pleito contra nadie sino firme decisión de resistir el mal y de enfrentar a los antivalores que pretenden seducir a la Humanidad actual.
Audaces por excelencia fueron Jesús y sus discípulos que supieron resistir y vencer, aunque gradualmente, la bajeza espiritual que reinaba en su tiempo y que asola aún al mundo de hoy aunque en menor medida.
Asimismo, audaces fueron Duarte, Sánchez, Mella y los demás trinitarios, quiénes supieron combatir y derrotar al vecino opresor y hacerle salir de nuestra tierra sin ni siquiera entrar a la suya. El hombre audaz pone su bizarría y su valor al servicio de proyectos de vida para su familia y para la nación. Tal es la importancia de inculcar este valor desde la niñez. Los antivalores de la Audacia son la cobardía, la timidez, la indecisión, etc.
EL CORAJE es hermano gemelo de la Audacia y está fundado en una extraordinaria Fuerza de Voluntad que se ejercita para acometer hazañas, proezas y acciones excepcionales tanto en provecho propio como de familiares, amigos y de la macro-sociedad. El Coraje es decisión de lucha sin importar que los inconvenientes sean muchos y difíciles de superar.
El Coraje es conciencia de que hay algo por lo cual vale la pena arriesgarse. Por ello, el deber del hombre de Coraje es poner este valor al servicio de causas nobles y justas. Y en esa virtud, los ejemplos de Coraje por antonomasia son los que dieron Manolo Tavárez y nuestras venerables mariposas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes así como sus compañeros(as) de lucha, quienes, desafiando todo tipo de riesgos, supieron movilizar al país buscando enfrentar al dictador y de alguna forma derrotarle, razón por la cual tuvieron que padecer las más penosas torturas en las ergástulas de la tiranía trujillista. El suplicio soportado por ellos fue tal, que sus propios verdugos reconocieron posteriormente, y hasta alabaron, la entereza y el estoicismo con que resistieron, sin doblegarse, los inhumanos tormentos que les fueron infligidos. El Coraje así generalizado e insuflado por ellos, hizo que en menos de dieciocho meses el país cosechara los frutos de su lucha.
Coraje tuvieron también quienes intentaron derribar al tirano mediante las expediciones del 1949 y del 1959 así como los que finalmente lo ejecutaron el 30 de mayo del 1961, y trajeron oxígeno a la atmósfera enrarecida en que se debatía el país.
Coraje, asimismo, demostró el norteamericano Thomas Alva Edison en su vida profesional, quien logró registrar alrededor de 1090 patentes de invenciones después de haber soportado desganos, frustraciones y burlas por las muchísimas pruebas fallidas que había sufrido previamente, las cuales les sirvieron, no obstante, para acerar aún más su firme voluntad de alcanzar el éxito. En efecto, la cantidad de patentes creadas por él es la más elevada que nadie haya registrado nunca jamás en la historia de la Humanidad. Edison es, pues, el Padre del Confort de que disfrutamos en la vida actual. Los principales antivalores del Coraje son la irresolución, la vacilación, la duda, etc..
EL AUTOCONTROL es el valor que permite a las personas ayudarse ellas mismas a controlar sus pensamientos y sus emociones e impulsos en las diferentes circunstancias que se suceden en su vida. Eso significa que el Autocontrol, cuando es bien logrado, lleva a la persona a decidirse por lo deseable y por lo más conveniente en cada situación. Y si de esas decisiones ha de depender la vida individual es lógico pensar que el Autocontrol puede propulsar a la persona hacia la Felicidad.
Este valor capacita hasta para controlar algunas funciones fisiológicas y algunos comportamientos orgánicos regularmente involuntarios. Y ya en el plano consciente, el Autocontrol capacita al individuo para adaptarse y sentirse relativamente bien en el ambiente, además de que le orienta en cuanto a expresarse y a actuar de la forma más conveniente en cada situación.
El Autocontrol propende hacia la conversión de la persona en dueña de sí misma e impide que esta sea, al influjo de sus emociones, una eventual “hoja que se lleva el viento”. Por ello es conveniente inculcar este valor desde la niñez. Los antivalores del Autocontrol son el descuido y la permisividad personal.
LA DELICADEZA es una aguda y sutil cualidad humana que traduce ternura, refinamiento, suavidad, cortesía y elegancia, y que hace que el individuo logre sentirse bien consigo mismo al tiempo que hace sentir bien a los demás. Se trata de un valor elevadísimo que conviene incluir en el pensum formativo de nuestros niños dado su capacidad de aporte a la convivencia entre la gente. Se ha dicho que la Delicadeza es la melodía del trato social. Los antivalores principales de la Delicadeza son la brusquedad, la grosería, la desconsideración y otros.
La próxima semana seguiremos discurriendo acerca de esta temática de tanto interés para el desarrollo equilibrado de nuestra niñez y de nuestra juventud así como para el progreso equilibrado de la Humanidad dominicana del futuro. Todo para la GLORIA DE DIOS.
Autor: Manolo Nova