La Sentencia del Tribunal Constitucional de la República Dominicana sobre la nacionalidad de los hijos de haitianos nacidos en territorio dominicano desde el año 1929 hasta la fecha, tiene muchas aristas que deben ser analizadas desde diferentes ángulos: jurídico, sociológico, humano, político e histórico.
Así se expresó el exembajador dominicano en Alemania, Willians de Jesús Salvador en una reunión de exembajadores dominicanos que analizaron los alcances y trascendencias a nivel internacional de la sentencia.
Manifestó que la Sentencia del TC, es una decisión soberana del Estado dominicano, que tiene el derecho de establecer quienes deben disfrutar de su nacionalidad.
Dijo que el fallo constitucional no se trata de un antisemitismo hacia los haitianos, ni un brote de neonacionalismo, como quieren hacer creer algunas voces interesadas en organismos internacionales.
De Jesús Salvador, es de opinión de que no existe la intención aviesa de afectar a ciudadanos dominico-haitianos nacidos en la República Dominicana antes de la sentencia del TC, porque según establece la Carta de los Derechos Humanos de la ONU, todos los seres humanos tienen derecho a una nacionalidad, “y el Estado dominicano es respetuoso de este derecho inherente a cada individuo”.
El diplomático dominicano, afirmó que existen diferendos históricos entre las dos naciones, propios de países que comparten una frontera común e instó al Gobierno dominicano a que despliegue una ofensiva diplomática a nivel internacional.
De igual manera hizo un llamado a los intelectuales a levantar sus voces en los diferentes foros y órganos de opiniones para frenar, la que calificó como una “campaña aviesa” que busca abrir nuevas grietas en las relaciones internacionales.
Finalmente, Willians de Jesús, recordó que la República Dominicana y Haití son alas de un mismo pájaro y deben esforzarse en la implementación de las relaciones de buenos vecinos, y no permitir que terceros dañen las relaciones bilaterales.
Concluyó el embajador dominicano, que desde hace más de una década la República Dominicana, se encuentra inmersa en el proceso de actualización de su política de Estado y su impostergable necesidad de regular los aspectos migratorios.