Sabrinna Alejo sabe de cata. Saborea, huele y categoriza un buen vino, como un catador altamente experimentado. Está consciente de que ese privilegio no es exclusivo de los hombres y, cuando le toca la oportunidad de hacer gala de sus conocimientos respecto a esta bebida, lo hace sin prejuicio y “con glamour”.
“Porque catar es un arte que sólo tiene como requisito que, irónicamente, la persona tenga olfato, gusto y deseos de aprender a conocer sobre este tema. Saber catar no se traduce en ser una mujer bebedora ni nada que se parezca. Es simplemente ampliar sus horizontes respecto a la cultura, sobre todo en un momento en que la mujer no se queda atrás en ningún aspecto”, enfatiza. Su inclinación obedece a que su padre era un buen catador y a que por suerte, o “quizás por vivir metida en ese mundo”, se casó con un hombre que de vino sabe “hasta cómo se fabrica en cada lugar”.
Como Sabrinna, otras mujeres de diferentes países están incursionando en esta actividad que, al tiempo que agrada su paladar, las proyecta como verdaderas profesionales de la cata. Muestra de ello es que Xandra Falcó, descendiente de Pagos de Familia Marqués de Griñón, da testimonio de la alta presencia de la mujer en el mundo enológico.
Comenta que en España, por ejemplo, cada vez es mayor el número de mujeres que se dedica a aprender y poner en práctica sus conocimientos respecto a la cata y consumo de vino. Y es que, a su parecer, ese es un mundo muy seductor y romántico ante el que ellas se rinden, ya sea por cuestión de gusto o de estatus. Sin lugar a discriminación, Falcó atribuye a la mujer un olfato más desarrollado, lo que le permite catar mejor las bondades del vino. Pero esto no incomoda a los hombres, al contrario, algunos disfrutan de la compañía de una dama que tenga conocimientos sobre este tipo de bebida.
Como conocedora de la eleboración y todos los por menores del vino, admite que éste es una bebida que marca momentos alrededor de una mesa, los cuales en ocasiones son más recordados por la mujer. Falcó considera que “tomar vino y saber elegir el apropiado en cada momento y cuál acompaña a cada comida suma clase, y define a la mujer”, comenta.
El ejemplo de la introducción de la mujer al mundo del vino es ella misma, quien ha incursionado no sólo a su consumo y cata, sino también al área vitivinícola. Aunue desde pequeña se adentró a esos quehaceres, hace cinco años que decidió incursionar de lleno en la producción y elaboración de vinos.
Del interés de la mujer en este mundo, es que ha surgido la eleboración de algunos vinos más suaves, ligeros y amables. Claro, esto no quiere decir que el sexo femenino, se abstenga de tomar un vino fuerte, sobre todo cuando de catar se trata.
Falcó informa que esto ha abierto una brecha para que los fabricantes de vinos, elaboren inclusive, productos que cumplan con las exigencias femeninas a la hora de catar y tomar un buen vino. Habla del más reciente que introdujo al mecado Pagos de Familia Marqués de Griñón, llamado Summa Varietalis 2003, elaborado con uvas de Syrah, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, de viñedos propios.
domingo, 23 de septiembre de 2007
La mujer en el mundo del vino
7:49 p. m.
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