Las páginas del calendario llegan a su final para dar paso a un nuevo año. Se fueron 365 de prisa y agitados. Cada persona, comunidad y pueblo sabe de sus triunfos y fracasos.
Para CAMINO, el 2013 ha sido un año de grandes acontecimientos que hacen ver la historia de un modo diferente. Hubo luces y sombras.
Una de las luces ha sido la elección del Papa Francisco en el pasado mes de marzo. Su estilo de vida, cercanía, gestos y palabras han contagiado a millones de personas, creyentes o no, quienes a través de él han sentido más de cerca el mensaje de Jesús que vino para que todos tengamos vida, y vida en abundancia.
Una sombra la encontramos en las guerras que continúan llenando de horror a la humanidad. Tenemos el caso de Siria, nación asiática en donde la barbarie y el crimen han llegado a los niveles más cavernarios. Está Irak que sigue desangrándose, pasando de un millón las víctimas de ese holocausto. Mientras el negocio de las armas sigue echando combustible a esa llama con rostro de tragedia humana.
En nuestro país el año concluye con el aumento de la falta de institucionalidad que nos impide crecer, dejando el sabor amargo de ver que no se pone en ejecución controles eficientes para frenar la corrupción que genera tanta pobreza. Sigue imperando la complicidad y la impunidad frente a los que depredan las arcas del Estado. Es triste ver cómo las leyes se acomodan para no tocar a los que se roban la esperanza de un pueblo que tiene derecho a disfrutar de una vida digna.
Pero el año 2013 también abrió la ventana para que entrara el aire fresco de una nueva primavera caracterizada por el surgimiento de una conciencia ciudadana más revitalizada. Poco a poco surge en el llano y la montaña el compromiso más firme de hombres y mujeres capaces de transformar los signos de muerte que nos acechan en faros de luz que anuncian un nuevo día.
Creció el trabajo comunitario. Decenas de instituciones de la Iglesia y la sociedad civil fueron llenando de obras de amor la geografía nacional. Los resultados los estamos cosechando, aunque no aparezcan en las páginas de los diarios.