«Jesús también experimentó los dolores de la cárcel. Él está hoy aquí para perdonarles y hacer que tengan fe y esperanza, a pesar de los sufrimientos». Así se pronunció ante un grupo de presos el arzobispo metropolitano de Huancayo (Perú), Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, en el penal de La Oroya , donde bautizó, confirmó, fue testigo de un matrimonio y dio la primera comunión a los internos.
Fiesta
La ceremonia se cumplió en horas de la mañana en un ambiente de fiesta, con los preparativos, la Misa, la administración de los sacramentos y el baile de los novios, como si fuera en un ambiente de libertad, gracias a las facilidades de los funcionarios del penal, en el que se compartió más de diez tortas y un almuerzo para todos los invitados.El penal de La Oroya, como los demás del país afronta problemas que claman solución, así lo manifestaron los directores de este establecimiento penitenciario, cuya construcción data de hace más de 70 años, que tiene una capacidad para 80, pero alberga a más de 250 personas, entre varones y mujeres, en condiciones difíciles.
Los contrayentes son Josías Félix Ticse Torres, natural de Tingo María y Yonilsa Vásquez Pérez, nacida en Cajamarca.
El arzobispo hizo un llamado a los internos para que en medio de las dificultades tengan fe en Jesús y la Virgen. Además ofreció el apoyo a los internos del taller de cerámica, donando una comprensora y madera a fin de aumentar su producción.