Por Bolívar Balcacer
Hoy mientras me disponía a salir me detuve a escuchar un mensaje que a la nación y el mundo por la Z-101 emitía Alvaro Arvelo hijo, decía el viejo gurú de las comunicaciones que tenía que salir del aire porque nueva vez el cáncer hacia estragos en su cuerpo ahora en el pulmón y debe someterse a quimio y a una operación, al tiempo de pedir a sus allegados que no se presenten al centro hospitalario donde será sometido nueva vez a la batalla, misma que como dijo mi amigo Sandro de América será a nuestro entender la madre de todas las batallas.
Todos saben que hace unos días mantuve una fuerte y agria polémica con los miembros de la Z-101 y el gobierno de la mañana, por lo que entendí fue un abuso contra el empresario Felix Cabrera y la comunidad dominicana de New York, en ese mach el más afectado fue Alvaro Arvelo, porque entendía quien esto escribe era la pieza más ruda del cuadrilátero y a la que había que derribar.
Aunque muchos de mis artículos fueron demoledores y utilice todas las herramientas que me permitió la tecnología para aplacar el verbo incendiario de Alvarito y sus muchachos, nunca anido en mi el odio o el resentimiento contra el comunicador dominicano, sin embargo hoy al escuchar sus palabras sentí tristeza y al mismo tiempo un nudo en la garganta porque a pesar de los pesares se pierde un autentico personaje de la comunicación, equivocado talvez al final de su carrera y divorciado de sus conocimientos, se dejó pienso yo, llevar por los tizones envenenados de algunos de sus compañeros que le ponían a lanzar lava por la boca.
Desde aquí, quiero elevar una plegaria al arquitecto del universo, en interés de que la operación a que será sometido Alvarito salga con éxito y él pueda recuperarse prontamente de esta nueva prueba que el destino pone a su vida.
Se que la fortaleza de este hombre ha de superar esta piedra en su camino, al compartir sus palabras de hoy en este articulo, quiero también exponer algunas palabras de aliento al soldado indomable que nos hizo reír y nos hizo llorar: "Aunque las condiciones externas parezcan abrumadoras, conservo la paz interna y la compostura. Mi mente está tranquila, gracias a la paz de Dios que surge en mí desde mi interior al estar consciente de que somos uno. No hay razón para sentir temor o preocupación. Estoy protegido en todo sentido.
Guárdame, Dios, porque en ti he confiado.—Salmo 16:1
Animo campeón, animo que aun hay vida.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Alvarito de nuevo al Quirófano
9:57 p. m.