En medio de las ruinas y la destrucción, después de tres años de guerra, en Damasco se alzará una nueva iglesia maronita. Será inaugurada el 8 de enero, en el distrito de Kachkoul en la periferia este de Damasco, y recibirá el nombre en honor de los beatos Hermanos Massabki, mártires sirios, asesinados en 1860.
(AICA) Monseñor Samir Nassar, arzobispo maronita de Damasco, definió el acontecimiento como «un verdadero regalo de Navidad: será un oasis de oración y un signo de alegría y de esperanza en medio de un mundo de violencia, intolerancia y miedo».
«En medio de las ruinas, esta nueva capilla se presenta como la estrella de los Reyes Magos, que conduce al Niño Divino», subrayó el prelado maronita:
«A pesar de la guerra, a pesar de los graves problemas sociales y económicos -dice el arzobispo a la Agencia Fides- nuestros sacerdotes y fieles pusieron en marcha tres proyectos para levantar tres capillas en tres distritos de Damasco. Esta es la primera. Las otras dos estarán en los barrios de Douwaylaa y Jaramana. Estos lugares sirven para fortalecer a la comunidad de los fieles, para organizar encuentros y catequesis sobre la Biblia y vigilias de oración y fraternidad. En estos momentos difíciles, de inseguridad y violencia, Cristo sigue atrayendo cada vez más y más».
«La construcción de una iglesia en tiempos de guerra y desolación -concluye el arzobispo- expresa el deseo de vencer a la muerte y el valor de vivir la fe. Nuestros fieles valientes optaron por permanecer en la ciudad, ir contra corriente y poner su confianza en Jesucristo, en esta noche oscura. Este año la Navidad en Damasco también será una celebración de Resurrección»