A los 14 años “no sabía de letra”. Analfabeta como su madre y su abuela y
probablemente como todas sus ascendientes, siguió la ruta marcada por la cultura
de la zona: “casarse por la ventana”, embarazarse de inmediato y sin
proponérselo, ensanchar el círculo de miseria.
Ahora, con 54 años y cinco hijos, María Ramírez inculca en sus siete nietos
el valor de la educación y la importancia de postergar la primera relación
sexual. En adición, acude a escuelas a ofrecer su testimonio. “No sé leer ni
escribir”, dice con marcado acento sureño, “pero mis hijos saben y aunque no
son profesionales, luchan para que mis nietos lo sean y les explican que con el
sexo antes de tiempo vienen los problemas”.
Lamenta que no tuvo la oportunidad de alfabetizarse y de “ser alguien”
porque en su campo no había escuelas cercanas. “Quizás no me hubiese ‘alocado’
tan pronto”. En la zona rural, a diferencia de la urbana, la mayoría de los
adolescentes que se involucra temprano en la vida sexual lo hace después de que
se va a vivir en pareja, aunque los “aires de modernidad” han variado esa
realidad.
miércoles, 12 de junio de 2013
Madres no quieren historia se repita, aconsejan posponer la primera vez
8:40 a. m.
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