Ardeymas siete años de labor titánica

Por Bolívar Balcacer



Este Jueves el portal ardeymas del amigo Antonio Beltré llega a sus 7 años de labor titánica en internet, llega invadido por un virus maligno que al parecer le ha sido enviado en un iframe para luego notificarlo al Servidor de Google, obra de ciertos personajes mediocres que no tienen el valor de enfrentar las contradicciones con el dialogo y las posturas firmes, teniendo que recurrir al golpe bajo como ha sido su norte desde que en New York en la blogosfera se ha desatado el grito de Guerra “SALVECE QUIEN PUEDA” y que nos mantendrá divididos hasta el seculo seculorúm

Esta barrera no impide que el trabajo continúe y Antonio Beltré se eleva más allá de las montañas para tomar tiempo e iniciar un proceso de cambios profundos que repercutirán favorablemente entre sus miles de seguidores, los que diariamente llegan en busca de información fresca y educativa en ardeymas.

Antonio Beltré, es un periodista de alto calibre que llenó su espacio en los medios audiovisuales dominicanos cuando nadie se atrevió a enfrentar los años dificiles en el periodismo de la patria, en pleno proceso de gobierno del presidente Joaquín Balaguer, Beltré con su regia formación y su estilo indomable, supo en su momento poner en alto el nombre del periodismo y de la clase en sentido general, compartiendo con figuras que han llenado toda una época en el periodismo quisqueyano.

Desde su portal ardeymas ha puesto su granito de arena emergiendo como una de las figuras más solidas y creible conque cuenta la alicaída y maromera blogosfera dominicana de New York, la que se nutre de sancadillas, traición, acorralamientos y "asaltos de chantajes" para buscar la plata, una parte de la blogosfera de New York por suerte la menos creible y la más atrasada han creado tienda aparte y en su afán desmedido de dinero han logrado lo que nadie se atrevió a lograr en el tiempo, que se le pague con comida entre ellas Sandwich, muslos de pollo, copas de vino elaborado con uvas fermentadas entre otras cositas simples, como pudimos saber este miércoles cuando nos dispusimos visitar varios empresarios en el alto Manhattan escuchandode sus propios labios como nos dieron las gracias por la información que publicamos en el pasado y que le permitió no sacar dinero de sus cajas registradora sino comida para paliar el hambre de los blogueritos de estomago, pedido que fué realizado publicamente en un portal de la gran babel de hierro.

Siete años de lucha, de trabajo, de sacrificios, siete años de entrega total a un periodismo sano, serio, y con disciplina, es lo que hoy presenta al colectivo mundial Antonio Beltré, en ese trayecto ha sido vilipendiado, traicionado, ultrajado y hasta amenazado por emitir sus criterios, pero le ha valido la pena ya que ha podido saber donde estan los aliados, donde los enemigos y donde los traidores.

No ha tenido Antonio Beltre que plagarse por unas cuantas monedas como está sucediendo, ni arrastrarse por un plato de lentejas como se cocina en estos momentos en el medio internet New York, tanto él, como Felipe Marte con su portal sanahoria.com, se colocan en un sitial de respeto ganado a fuerza de disciplina y de entrega total para emitir un periodismo de calidad, sin esperar que otros escriban para ellos reproducir notas, o sin abrigar el sueño de que se le otorgue un premio manido para llamar la atención.

Ambos personajes forman parte de una legión seria de buenos colegas que prestigian la internet neoyorquina entre los que se pueden mencionar Julio Vasquez, Joan Rosario, Manny Zoom, Lissette Garcia, Harold Díaz, El guaguero de New York, Jaime de León, Xiomara Taveras, Mayra la Paz, Luís Alfredo Collado, Raymond Abad y otros, los que se han esmerado por hacer las cosas bien a pesar del lodo que los tres o cuatro mediocres que pululan por ahí, lanzan por doquier, en busca de unas cuantas monedas.

A siete años del trabajo ejemplar de Antonio Beltré y ardeymas, desde martilloyclavo le decimos, gracias campeón, tus aportes son el mejor legado a un periodismo alternativo que se hace con el criterio que una vez nos legara Don Rafael Herrera cuando nos dijo “Las palabras, ¡ay las palabras¡, tienen poderes mágicos”.