La Trinchera correspondiente a esta semana la tenía preparada desde el martes pero -a última hora- me veo obligado a cambiar el tema ante los luctuosos sucesos registrados el jueves en los predios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde lamentablemente murió, de un disparo en el pecho, un joven estudiante de esa academia.
Estas líneas las escribo cuando aún está fresca en el pavimento de la calle José Contreras esquina Alma Máter la sangre de Willi Warden Florián Ramírez, quien apenas contaba con 22 años y cursaba el quinto semestre de Medicina, según los primeros informes.
Un balazo en el tórax terminó con la vida de quien, en el futuro, se convertiría en un valioso profesional que le serviría al país a nivel de la salud. Un troglodita con arma pero sin alma arrancó los sueños de él y los de sus familiares.
De momento, cuando leí la información en las redes sociales, primero, y en el Listín Diario, después, mi cuerpo tembló de indignación y sentí una rabia profunda y una tristeza e impotencia sin límites. Mi rostro se humedeció al instante.
Pensé que, a estas alturas del juego, ya hechos de esta naturaleza serían cuestión de historia. Que no volvería a ver correr por nuestras calles la sangre de gente joven y valiosa.
Pero, lamentablemente, me equivoqué. Claro, como no voy a equivocarme si la Policía que aún tenemos en el país, es la misma de los famosos 12 años de Balaguer, aquella que exterminó sin compasión a nuestra juventud promisoria.
¿Qué ha cambiado? Los jefes, nada más, porque en las filas policiales quedan los gatillos alegres, los matones, los criminales, trogloditas y desalmados para quienes la vida humana no vale nada. Les importa “un pito”, como diría mamá, en un caso como éste.
Una joven vida se ha vuelto a perder sin necesidad, fruto de una actuación desacerbada de la Policía que va a una Universidad, en este caso la Autónoma de Santo Domingo, a disparar con armas largas y a lanzar bombas lacrimógenas contra estudiantes que solo están provistos de piedras.
Ahora la jefatura de la PN ha designado una comisión para que se encargue de investigar lo ocurrido en el campus de la UASD, pero yo me pregunto ¿ya para qué? ¡El estudiante muerto ya nadie lo podrás revivir!
Lo que tenía que hacer Polanco Gómez era impartir instrucciones “a los matones” antes de enviarlos al lugar de las protestas, para que no utilizaran armas largas -ni cortas tampoco- contra los manifestantes.
¡Ya el daño está hecho! Hay una vida humana, sin importar de quien se trata, de por medio. Una vida útil pues se trata de un alumno que cursaba el quinto semestre de Medicina, el cual pudo haber aprovechado el país como profesional en el mañana. Pero una onza de plomo destrozó su cuerpo y sus sueños.
Siempre he pensado que RD se ha quedado rezagada, pero muy rezagada diría, en los métodos utilizados para combatir las protestas estudiantiles, barriales y otras sin que necesariamente se produzcan víctimas.
En otros países emplean carros lanza agua mientras que los agentes que envían a controlar protestas, solo portan bastones de gomas. ¡Aquí no! Aquí llegan “los Rambos” artillados hasta los dientes, incluso con armas potentes de guerra, y a disparar se ha dicho. Que pena que, en este aspecto, no avancemos.
Al gobierno recién iniciado de Danilo Medina, quien tiene todas las buenas intenciones, según se aprecia, hay que alertarlo para que frene sin pérdida de tiempo “a los gatillos alegres” que quedan en la PN mientras que, para los responsables de la muerte del estudiante Willi Warden Florián Ramírez, pedimos que se aplique todo el peso de la ley .
Félix Jacinto Bretón
¡Seguimos en combate!