Julio Vasquez.

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lunes, 19 de noviembre de 2012

Las FARC anuncian alto el fuego.

    Por AP.

Ivan Márquez, a la derecha, y Ricardo Tellez, miembros del equipo negociador de las FARC. AP
LA HABANA.- Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia arrancaron el segundo tramo de las conversaciones de paz con las autoridades de su país este lunes anunciando un cese el fuego unilateral, una medida bien recibida por analistas.

Los líderes guerrilleros ordenaron a sus miembros "el cese de toda clase de operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública y los actos de sabotaje contra la infraestructura", dijo Iván Márquez, jefe de la delegación de las FARC al entrar a la mesa donde se entrevistará con el gobierno. Es la primera vez en 13 años que esa guerrilla cesa unilateralmente sus operaciones ofensivas.

La medida entrará en vigor desde la medianoche de este lunes hasta el 20 de enero de 2013, explicó Márquez, el alias de Luciano Marín Arango.

"Esta decisión política de las FARC es una contribución decidida a fortalecer el clima de entendimiento necesario para que las partes inicien el diálogo, alcancen el propósito deseado por todos los colombianos", expresó el dirigente.

Márquez hizo el anuncio al ingresar junto con su delegación a un centro de convenciones al oeste de La Habana donde comenzaron las negociaciones que podrían poner fin a 50 años de conflicto en la nación sudamericana.

Los negociadores de la parte gubernamental no respondieron de inmediato al anuncio y Márquez rechazó responder preguntas de los periodistas apostados en la puerta del lugar de encuentro.

Cuba, uno de los facilitadores del proceso junto con Noruega, Venezuela y Chile, funge como anfitrión de las conversaciones después de una primera ronda de diálogo de paz en Oslo hace un mes.

"Lo que acaba de anunciar (las FARC)... es una decisión, muy, muy vanguardista y muy importante", dijo a The Associated Press en una breve entrevista telefónica Piedad Córdoba, ex senadora y líder del grupo no gubernamental Colombianas y Colombianos por la Paz.

Para Córdoba la medida le da "peso al proceso" negociador y compromete en él a la sociedad civil.

El 6 de septiembre, cuando las FARC anunciaron quiénes serían sus negociadores en la mesa, el presidente Juan Manuel Santos descartó que la fuerza pública y militar hagan un cese el fuego, una política ratificada el 15 de noviembre cuando alegó que su posición no buscaba humanizar al conflicto sino terminar con él.

No hubo comentarios por parte del gobierno en lo inmediato y la oficina de prensa del Ministerio de Defensa indicó que el titular de esa cartera, Juan Carlos Pinzón, estaba con el presidente Santos reunido en la casa de gobierno.

El cese de las hostilidades era pedido por varios grupos de activistas de derechos humanos como la Red de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz).

"La tregua obedece al clamor de la sociedad colombiana de avanzar en... un proceso que realmente le vaya dando al pueblo colombiano resultados", indicó a la AP Luis Sanabria, director de Redepaz.

De todas maneras, Sanabria recordó que al ser unilateral, el cese de hostilidades significa que las FARC no atacarán al ejército o tomarán pueblos y carreteras, lo que no implica que no vayan a defenderse.

Menos satisfecho se mostró Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia, para quien el cese está limitado "exclusivamente a cesar las operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública, es decir que se reserva las FARC la posibilidad de seguir... extorsionando a la sociedad civil". Es "una maniobra de las FARC que trata de aparecer a la guerrilla como pacifista", agregó.

Tampoco pasó desapercibido que el anuncio pone a las autoridades en el dilema de tener algún tipo de reacción o imitar la idea.

"Sin duda, ejerce presión política sobre el gobierno de Santos", comentó por su parte el analista Adam Isacson de la Oficina de Washington para América Latina (Wola, por sus siglas en inglés), un centro de estudios con sede en Estados Unidos.

Hasta ahora ninguna de las partes puso una fecha para finalizar las conversaciones, pero ambas aseguraron que esperan que sea un proceso ágil y eficaz.

Las FARC y el gobierno informaron en septiembre que, tras meses de reuniones secretas, habían llegado a un acuerdo marco de cinco puntos para sentarse en una mesa de conversaciones con el objetivo de lograr la paz.

Por el lado de las autoridades la delegación llegó este lunes al Centro de Convenciones de La Habana encabezada por el ex vicepresidente Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador de Santos.

Junto a De la Calle estaba el embajador colombiano Gustavo Bell Remus pero avanzaron sin hacer comentarios a los más de 130 periodistas de unos 60 medios apostados en las afueras del lugar.

A lo largo del tiempo que medió entre las conversaciones en Oslo y las de La Habana, indicaron las autoridades colombianas, se trabajó también en buscar herramientas para la participación ciudadana, como la creación de una página de internet.

En un principio las delegaciones se verán unos 10 días seguidos y luego considerarán un nuevo ciclo.

Los rebeldes liderados por Márquez cuentan en su equipo con la holandesa Tanja Tijmeijer, alias Alexandra Nariño, quien se convirtió en una atracción para los medios de prensa por su carácter de extranjera y por ser la única mujer guerrillera en la mesa.

Fundadas en 1964, las FARC son el grupo rebelde armado más antiguo del continente. Se estima que cuentan con unos 9.000 integrantes.

No es la primera vez que la guerrilla de las FARC decreta un cese el fuego: en 1999 la organización rebelde hizo un anuncio similar para acompañar la Navidad de 2000 mientras se adelantaba un proceso de paz con el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002), en una negociación que se rompió en febrero de 2002.

La guerrilla y el gobierno han tenido otros intentos negociadores fallidos, como el de México a principios de la década de 1990.