La Conferencia Episcopal de Nicaragüa pidió ayer a los gobiernos de Nicaragua y Colombia que acaten el fallo de la Corte Internacional de Justicia, al tiempo que les instó a dialogar sobre la protección de los pescadores de la isla de San Andrés, cuya soberanía fue el objeto de la disputa entre ambas naciones. Mons. René Sándigo dijo que la sentencia, que delimitó la frontera entre ambos países en el Caribe, debe ser acatada.
El prelado señaló que el diálogo colombo-nicaragüense debe centrarse en la aplicación del veredicto, pero no para negociar sobre las delimitaciones de la frontera marítima entre ambas naciones.
Mons. Sándigo consideró que sentarse a negociar sobre las delimitaciones marítimas puede abrir de nuevo un conflicto entre ambos países en el mar Caribe.
«Si Nicaragua y Colombia entran a negociar sobre las delimitaciones marítimas en un diálogo entrarían en contradicciones y se colocarían por encima de la sentencia de la CIJ y eso volvería a abrir la disputa», subrayó.
Lo más positivo, indicó el obispo, es que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega ha expresado la intención de su gobierno de proteger los intereses de los pescadores de la isla de San Andrés, que siempre han faenado en la zona otorgada por la CIJ a Nicaragua.
«Pienso que no está mal que en la mesa de diálogo se hable de la propuesta que hizo el presidente Ortega, en el sentido que los isleños de San Andrés, puedan seguir explotando las riquezas marinas, como siempre lo han hecho», dijo el prelado.
La propuesta del presidente Ortega ha encontrado amplio respaldo entre diversos sectores del país, que consideran justo que los pescadores de San Andrés no sufran las consecuencias del fallo y compartan las riquezas de la zona con los nicaragüenses.