La Hermana Guadalupe, religiosa del Instituto del Verbo Encarnado que realiza su labor misionera en Alepo (Siria), ha concedido una entrevista al P. Juan Francisco Pacheco para Unomadoce. La religiosa reconoce que piensa en la posibilidad del martirio e incluso dice: «A veces veo a tantos cristianos que obtienen esa gracia de morir por su fe y me digo: ¡Cómo me gustaría morir así, dando la vida por la fe! Ellos, los cristianos sirios, me transmiten ese deseo de martirio»
(Juan Francisco Pacheco/Unomasdoce) Su hábito azul nos indica la pertenencia a la congregación en la que ingresó cuando tenía 18 años. Desde entonces su vocación religiosa ha estado al servicio de la Iglesia a través del Instituto del Verbo Encarnado. Se encuentra en España apoyando la campaña a favor de los cristianos de Oriente Medio que está desarrollando Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Su semblante denota cansancio porque toda la mañana lleva atendiendo a periodistas; sin embargo su continua sonrisa transmite paz y sosiego que ayudan a pensar en lo realmente importante en la vida. Su semblante cambia de manera seria al reflexionar sobre los cristianos mediocres que tienen medio a mostrar su fe. No en vano muestra la cruz que se hizo tatuar en la muñeca de su mano derecha durante su permanencia en Egipto.
Hablamos con la Hermana Guadalupe (Villa Mercedes, Argentina, 1973) y cuya vida cambió en 2011 al estallar la guerra en Siria. A pesar del miedo y la incertidumbre, sigue trabajando en su labor misionera y apostólica en la ciudad de Alepo, donde no descarta la posibilidad del martirio del que habla como una auténtica gracia de Dios.
- Hermana Guadalupe, ¿a qué congregación religiosa pertenece y dónde suelen trabajar?
Pertenezco a la familia religiosa del Instituto Verbo Encarnado que tiene su origen en Argentina. Se trata de una congregación misionera que en poco tiempo, en 30 años, se ha extendido por los cinco continentes. En la actualidad la parte femenina la formamos 1200 hermanas.
La particularidad de este carisma es, según el deseo del fundador, priorizar los lugares de misión como aquellos donde nadie quiere ir, donde la Iglesia más lo necesite. De ahí que estemos en lugares de riesgo permanente como por ejemplo: Iraq, Siria, Gaza u otros lugares como Siberia donde hace muchos años que no llega un sacerdote.
Nuestras casas y fundaciones en los distintos lugares se abren por petición de los obispos. En el caso de Alepo la petición la realizó el obispo Guiusseppe Nazzaro que en su momento había sido custodio de Tierra Santa. Él solicita nuestra presencia para la Catedral de Alepo. Los sacerdotes de nuestro Instituto atenderían la Catedral y las Hermanas nos tocaba atender el obispado y una residencia que él mismo acababa de inaugurar para chicas cristianas de la zona; se trataba de darles posibilidad de estudios a chicas de los pueblos cercanos ya que el obispado está próximo a la ciudad universitaria. Nuestra casa está ubicada en la zona nueva de la ciudad; se trata del barrio musulmán donde se construyeron la Catedral y el Obispado en esta zona de ensanche.
- ¿Por qué eligió Siria para ejercer su labor apostólica?
Cuando ingresé a la Congregación tenía 18 años y cuando terminé la preparación de estudios, mis superiores me propusieron como destino Medio Oriente; además consultándome por el parecer de mi familia. Era el año 1996 y tenía 23 años. Mis padres me apoyaron desde ese primer momento. Mi primer destino fue la ciudad de Belén donde me trasladé junto con otras Hermanas de mi Comunidad y sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado. Allí estudié la lengua árabe y a continuación pasé a Egipto donde estuve 12 años y posteriormente a Siria.
Elegí Siria como lugar de descanso en todos los sentidos; era un sitio donde reinaba la armonía y podríamos decir que era un oasis de paz. Llegué el 4 de enero de 2011 y toda la tranquilidad y el sosiego termina con la guerra a partir del mes de marzo de ese año.
- Unomasdoce: En Siria existen varios ritos cristianos. ¿Cómo se vive la fe entre los cristianos?
Antes de la Guerra, las familias procuraban ir a la iglesia de su propio rito e intentaban mantener esto a pesar de las distancias. Existen varios ritos donde el rito romano es el minoritario. Ahora la gente va a la iglesia cristiana a la que pueda llegar, sea la que sea.
- Unomasdoce: ¿Cómo es la vivencia del día a día en la situación actual de guerra?
Es algo impresionante fruto de la fe: que podamos estar en Siria y no hayamos enloquecido. Gracias a Dios respiramos. Es Dios quien nos sostiene porque son situaciones muy extremas: las explosiones continuas y permanentes, ese riesgo y presión constante y no ser presa del miedo y no quedarnos paralizados es algo que demuestra que Dios obra maravillas a través nuestro y a pesar nuestro.
- Unomasdoce: ¿No ha pensado salir de Siria y trabajar en otro lugar donde no exista el riesgo permanente de morir?
Cuando me encontraba en Egipto se inicia la fundación en Iraq y en ese momento una servidora era provincial para la zona de Medio Oriente; se nos solicita una fundación en Iraq y surgen 19 hermanas voluntarias para ese país. Yo las admiraba porque veía que no podría soportar lo que estaba ocurriendo en Iraq.
Sin embargo esta actitud cambió cuando comienza la guerra en Siria; nuestros superiores nos pidieron que lo pensáramos bien y que lo rezáramos. Se trataba de elegir entre seguir en Siria o marchar.
En ese momento no hubo ni la más mínima duda para mí. Además: necesitábamos el apoyo explícito de nuestra familia. Recuerdo que le pregunté a mi papá y él me dijo: «Has estado con esta gente hasta ahora y ¿los vas a abandonar cuando más te necesitan?» Y añadió: «Yo no pretendo competir con Dios. Él te cuida allá mejor de lo que yo te puedo cuidar acá». Eso para mí fue la confirmación de que Dios quería que me quedara en Siria.
Parece algo contradictorio lo que voy a decir: he vivido el hecho de quedarme en Siria con alegría a la par de no haber visto ni experimentado, nunca antes, tanto sufrimiento junto. He vivido momentos de paz, de alegría. He experimentado los testimonios de los mártires, de los confesores de la fe. Por eso lo veo como un privilegio, una gracia de Dios muy grande.
- Unomasdoce: ¿Cuáles son sus vivencias del conflicto sirio?
Recuerdo perfectamente el primer día de guerra. Empezamos a ver tanques por la calle, tiros, aviones, las primeras explosiones de cañón, etc. Todo en un mismo día. Estábamos encerrados sin saber qué pasaba. Y esta situación llegó a convertirse en la vida cotidiana y así sigue siendo. Los barrios más castigados son los cristianos que reciben ataques continuos.
La experiencia es ver como entran balas por la ventana del obispado, caen proyectiles cerca. En una ocasión cayó un misil a 50 metros de la Catedral y de la casa donde vivimos. Ocurrió a la una del mediodía, hubo más de 400 muertos y muchos heridos; muchos eran cristianos. Recuerdo cómo una de nuestras estudiantes que venía caminando por la calle, cerca de nuestra casa, venía con un hierro clavado en la espalda. Pero lo que más me impresionó fue la reacción de la gente: las iglesias ahora están más llenas que antes. El día que cayó el misil cerca de la Catedral, horas después, ya estaba la gente en la Catedral limpiando y recogiendo escombros y preparando un salón en el Obispado para celebrar la Misa porque la Catedral sufrió muchos desperfectos. Se duplicó el número de personas en la participación de la Misa. Llama la atención la actitud valiente y esperanzadora de los cristianos de Medio Oriente.
- Unomasdoce: ¿Cómo se las arregla para poder salir de Alepo y de Siria cada vez que viene a Europa?
Los rebeldes han tomado la periferia de Alepo. La cuestión de salir y entrar de la ciudad es complicada porque los rebeldes controlan la mayoría de las rutas de comunicación. Para salir de Siria se realiza por tierra; se hace un camino que puede durar unas 15 horas y todo el camino se hace bajo el control del ejército nacional. Ese camino es una especie de lotería porque uno puede encontrarse cualquier cosa. El camino está abierto hasta que sucede algo, como por ejemplo cuando algún colectivo es atacado, secuestrado o bombardeado. En ese caso el ejército nacional cierra la ruta hasta que se retoma el control. No son rutas convencionales, sino que se atraviesan pueblos pequeños. Es como un camino de huida en el que casi hay que esconderse; de ahí que sean tantas horas para tan pocos kilómetros.
- Unomasdoce: Por favor, háblenos de la persecución a los cristianos
La persecución es abierta contra los cristianos. Hay cristianos descuartizados, decapitados. Lo que difunde el Estado Islámico a través de los videos es cosa de todos los días. Por ejemplo: hay niños que son sepultados vivos delante de sus madres por el mero hecho de ser cristianos. Es el objetivo del Estado Islámico y de otros grupos radicales. Se trata de erradicar a los infieles y los cristianos en primer lugar; también perseguir a todos los que no compartan el fanatismo de ellos. Es una persecución abierta contra los cristianos y existe desde el comienzo de la guerra ocurriendo a diario.
El objetivo inmediato de ellos es acabar con los infieles y los cristianos; establecer la ley islámica no sólo en el Califato de Siria e Iraq sino en todo el mundo. Es un objetivo religioso-político. También, no hay duda, que existen intereses económicos por parte de los que financian a estos grupos.
- Unomasdoce: ¿Qué valoración hace de una posible paz?
Humanamente hablando no se lograría nada si no se ponen los medios eficaces, como por ejemplo: interrumpir el abastecimiento y venta ilegal de armas a los grupos rebeldes, tal como denuncia el Papa (En Siria no existe la oposición moderada). Y cortar también la financiación como por ejemplo: con la compra de petróleo a los grupos rebeldes que se han apoderado de los pozos. De lo contrario no se podrá acabar.
Mientras esto no se haga lo único que queda es la intervención militar que es lo que está sucediendo ahora; por ejemplo Rusia en alianza con el ejército nacional que ha logrado retroceder al Estado Islámico en algunos puntos. Sin embargo cuando son intervenciones unilaterales son ineficaces.
Pero el milagro de la paz hay que pedirlo y esperar que se consiga.
- Unomasdoce: ¿Qué mensaje transmitiría a los cristianos de Occidente?
Un cristiano de Siria que está dispuesto a dar la vida por su fe lo menos que espera de nosotros, los cristianos de Occidente, es un cristianismo escondido, tapado y acomodado con los criterios del mundo. Sería como negar a nuestros hermanos. Ellos están dando la sangre y nosotros no somos capaces de manifestar públicamente la fe.
- Unomasdoce: ¿Cómo podemos ayudar a los cristianos perseguidos de Oriente?
La primera manera de ayudarles es replanteándonos nuestra propia fe; preguntándonos si estamos a la altura de mis hermanos cristianos de Oriente Próximo.
Se puede ayudar orando y difundiendo este mensaje. Para ello tenemos dos páginas en facebook: SOSCristianosenSiria y AmigosdeIrak que ayudan a conocer realmente lo que está sucediendo en estos dos países. También se puede colaborar con la campaña que está desarrollando Ayuda a la Iglesia Necesitada que pretende ayudar a los cristianos en origen porque es muy importante que los cristianos permanezcan ya que es la única manera que no desaparezca el cristianismo en estos países.
- Unomasdoce: ¿Piensa en el martirio como posibilidad inminente?
Pienso, todos los días, en el martirio como una posibilidad. A veces veo a tantos cristianos que obtienen esa gracia de morir por su fe y me digo: ¡Cómo me gustaría morir así, dando la vida por la fe! Ellos, los cristianos sirios, me transmiten ese deseo de martirio. No se trata de un simple deseo de morir, sino de un deseo de poder demostrar el amor hasta derramar la sangre. Esto lo medito a diario, igual que los cristianos de allá porque también lo piensan todos los días.
- Unomasdoce: Por último, ¿qué petición le gustaría realizar a Dios en estos momentos?
- Lo único y más importante que pido a Dios es que la sangre los mártires no se derrame en vano.